miércoles, 23 de diciembre de 2020

LE EXPEDICIÓN ROMANA A YEMEN EN LA POESÍA LATINA.

Además de en las fuentes históricas la campaña romana en la Arabia Felix tuvo ecos en la poesía. Brevemente señalaremos estos ecos: 

Horacio, Odas, 1, 29, 1-5: 

¿Ahora envidias, Iccio, los ricos tesoros de los árabes, 
preparas sangrienta guerra a los reyes, antes no domados, de Saba 
y forjas las cadenas que han de oprimir al horrible medo? 

Horacio, Odas, 1, 35, 38-40: 

Así, ¡oh César!, forjes de nuevo 
en el yunque los aceros embotados 
y domes con ellos a los árabes y masagetas. 

Virgilio, Eneida, 8, 704-706: 

Lo advierte Apolo, el de Accio, y apresta al punto el arco allá en la altura. 
Aterrado a su vista todo Egipto y la India y toda Arabia y todos los sabeos 
van dándose a la fuga. 

Propercio, Elegías, 2, 10, 13-18: 

El Éufrates ya se niega a que el jinete parto pueda mirar a 
sus espaldas y se arrepiente de haber retenido a los Crasos; 
incluso India, Augusto, entrega su cerviz a tu triunfo 
y la región de Arabia sin conquistar tiembla ante ti; 
y, si alguna tierra se te resiste en los últimos confines, 
¡que ésa pronto sea tomada y sienta tu mano! 

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LA EXPEDICIÓN ROMANA A YEMEN EN EL SIGLO I a. C.

Durante los casi cinco siglos de existencia del Imperio Romano las legiones romanas llevaron sus campañas a territorios tan remotos como la actual Escocia, hasta más allá del Rin y del Danubio, al Sahara y hasta Mesopotamia, pero es menos conocida la expedición que en tiempos de Augusto llegó hasta el sur de Arabia, lo que ahora es Yemen. 

En época romana esta parte de Arabia se conoció como Arabia Felix o Feliz, llamada así por su fertilidad y riqueza. La expedición fue enviada por Augusto, como se refleja en la Res Gestae, tuvo lugar entre los años 26 y 24 a. C. y estaba comandada por Elio Galo, prefecto de Egipto. Sobre la expedición de Elio Galo al sur de Arabia la principal fuente es Estrabón, el cual era su amigo y por tanto bien conocedor de esta campaña. También nos aportan alguna información Plinio el Viejo y Dion Casio. 

Nos cuenta Estrabón que la expedición tenía como objetivo explorar el país de los árabes y también el de los etíopes, con el fin último de comerciar con estos pueblos o, por el contrario, conquistarlos debido a las riquezas en plantas aromáticas, piedras preciosas y oro que se les presuponía. Los historiadores modernos creen que el motivo de la expedición era controlar las rutas comerciales y el Estrecho de Bab-el-Mandeb, entre Arabia y África. 

Elio Galo hizo construir unas ochenta naves de guerra (birremes y trirremes) en Cleopátride, también conocida como Arsinoe, en el Golfo de Suez. A continuación, hizo construir otras 130 naves de carga, al considerarlas más optimas para su expedición. En ellas iban “unos diez mil soldados de infantería, reunidos entre las fuerzas romanas de Egipto más los aliados, entre los que había” mil nabateos y quinientos judíos enviados por Herodes el Grande, dato que corrobora Flavio Josefo. En su viaje serían guiados por el gobernador nabateo Sileo. 

Tras quince días de un viaje a través del Mar Rojo lleno de penalidades en el que perdieron muchas naves llegaron al puerto nabateo de Leuke Kome, cuya localización se desconoce, aunque es posible que estuviera próximo al Golfo de Aqaba. Allí debieron permanecer los romanos varios meses a causa de las enfermedades. Dion Casio dice que se trataba de una enfermedad desconocida. Según Estrabón el verdadero objetivo de Sileo era, con ayuda romana, hacerse señor de aquella parte de Arabia y luego traicionar a estos y dejarlos morir de hambre y enfermedades en esas tierras, por eso los engañó y los guio por malos caminos. 

Desde Leuke Kome la expedición siguió por tierra hasta el territorio de Aretas, pariente del rey nabateo Obodas III, probablemente cerca de la actual ciudad de Medina, en Arabia Saudí. Tras dejar atrás aquella región atravesaron las tierras de Ararene, quizás la moderna Jizán. Desde allí tardaron cincuenta días en llegar a la ciudad de los negranos, la actual Najrán, la cual tomaron. Cuenta Estrabón que tuvo lugar una batalla contra los bárbaros de la región en la que murieron diez mil de ellos por solo dos romanos. 

A continuación, los romanos tomaron las ciudades de Asca y Atrula. Cerca de esta última se encontró una inscripción funeraria greco-latina que podría datarse en esta época. Más adelante, los romanos asediaron Marsiaba, en el corazón de Yemen, aunque no la conquistaron. Cuando los romanos se encontraban cerca su objetivo, de las tierras productoras de incienso, es decir, del mítico Reino de Saba, debieron regresar por la falta de agua. Por su parte, Dion Casio y Plinio el Viejo añaden más información. Dion dice que los bárbaros se aprovecharon de la enfermedad que atacaba a los romanos para expulsarlos de su país. Autores modernos han pensado que esta enfermedad pudo estar causada por los árabes, que habrían envenenado los pozos. Plinio nos cuenta que, además de las ciudades citadas por Estrabón, fueron tomadas las de Nesto, Nesca, Maguso, Caminaco y Labetia. 

Los romanos retrocedieron hasta la ciudad de Negrana y desde allí la ruta discurrió por Hepta Freata, Caala, Malota y Egras. En este punto Elio Galo se dio cuenta del engaño de Sileo, pues en el viaje de ida habían tardado seis meses pero en el de vuelta solo tardaron dos meses. Desde Egras, en territorio nabateo, los romanos supervivientes navegaron hasta el puerto egipcio de Myos Hormos y desde allí a Coptos y finalmente a Alejandría. 

Termina Estrabón esta parte de su relato diciendo que la mayoría de los soldados murieron por enfermedades, hambre y agotamiento, que la expedición no aportó nada a Roma y que Sileo, por su engaño, fue decapitado. Posteriormente, en otra parte de su obra, Estrabón se lamenta de la traición de Sileo, sin la cual Elio Galo podría haber conquistado toda la Arabia Feliz. Para terminar y, como curiosidad, hay que mencionar que Galeno cuenta que Elio Galo trajo de Arabia un antídoto contra las picaduras de escorpión que le entregó a Augusto. 

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viernes, 11 de diciembre de 2020

USURPADORES Y REBELDES DURANTE EL REINADO DEL EMPERADOR BIZANTINO CONSTANTE II.

Constante II fue asesinado por los conspiradores que hicieron emperador en Sicilia al armenio Mezezius, pero durante su reinado tuvieron lugar otras usurpaciones y rebeliones, algunas muy importantes, de las que hablaremos a continuación. 

Mauricius Chartularius. Hacia el año 638 el emperador Heraclio intentó obligar al Papa a aprobar la Ekthesis, cuando este se negó el emperador envió a Roma al Chartularius Mauricio y al exarca de Rávena Isaac. Ambos ocuparon y saquearon Letrán. En el 643 Mauricio se rebeló en Roma contra Heraclio e Isaac. Este último envió e Donus, que acabó con la rebelión. Aunque Mauricio se refugió en una iglesia acabó siendo decapitado y su cabeza fue expuesta en Rávena. 

Valentinus. Valentinus, un armenio de la familia Arsácida con altas responsabilidades en el Imperio, había conseguido casar a su hija Fausta con Constante II. En el año 644 llegó a Constantinopla con un gran ejército e intentó arrebatarle la corona a su yerno, pero el mismo pueblo le rechazó y acabó con su vida. 

Gregorio el Patricio. El patricio Gregorio, exarca de África, se rebeló, por motivos religiosos, entre 646 y 647 en este territorio y se proclamó emperador. Su rebelión acabó cuando fue atacado por los árabes y murió en batalla contra ellos, aunque algunas fuentes afirman que consiguió huir a Constantinopla, donde se reconcilió con Constante II. 

Olympius. En el año 649 el emperador Constante II ordenó al exarca de Rávena, Olympius, que detuviera al Papa Martín I, cuya elección no aprobaba, y que obligara a los obispos a que firmaran el Typos. Olympius finalmente no cumplió las ordenes y se alzó entre el 650 y el 652. El usurpador se traslado hacia Sicilia, aunque no se sabe si para luchar contra otros bizantinos o contra alguna incursión sarracena. Finalmente, Olympius murió en el año 652. 

Theodoros Pasagnathes. Patricio de los Armenios, Teodoro se rebeló entre los años 654 y 655. Primero firmó una tregua con los árabes y luego aceptó su soberanía. A continuación, los bizantinos expulsaron a Teodoro de Armenia, pero este consiguió retornar y hacerse con el gobierno de Armenia, aunque finalmente los árabes lo depusieron y lo enviaron a Damasco, donde murió. 

Saborius. Entre los años 667 y 668 el armenio (o persa) Saborius se rebeló contra Constante II en el noreste de Anatolia. Aprovechando la ausencia del emperador, que se encontraba en Sicilia, y con en el apoyo de los árabes, Saborius se hizo con gran parte de Anatolia, aunque cuando se preparaba para marchar sobre Constantinopla murió al caer de su caballo. 

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MEZEZIO, UN EMPERADOR ARMENIO EN LA SICILIA BIZANTINA.

En el año 663 el emperador bizantino Constante II dirigió una campaña contra los lombardos del Ducado de Benevento, en el sur de Italia. Hay que recordar que desde hacía un siglo los lombardos poseían gran parte de Italia, mientras que los bizantinos conservaban algunos reductos repartidos por la península. Después de unos éxitos iniciales contra Grimoaldo I Constante se vio obligado a abandonar los territorios lombardos y retirarse hacia. Roma, junto al Papa Vitaliano. Teófanes el Confesor, entre otros, nos dice que Constante quería transferir la capital a Roma desde Constantinopla. 

Más tarde Constante se instaló en la ciudad siciliana de Siracusa, la cual se convirtió de facto en la capital del Imperio bizantino. La elección de este lugar quizás obedeció a su situación estratégica, entre el norte de África, amenazado por los árabes, los territorios bizantinos de Italia y Grecia. 

Tanto Dionisio de Tel Mahre, como Agapius, Miguel el Sirio y la Crónica de 1234, que dependen de la Crónica de Teófilo de Edesa, dicen que hacia septiembre del año 668, o quizás en julio, Constante fue asesinado en Siracusa. Constante se encontraba en una casa de baños cuando fue golpeado por un sirviente y, aunque fue llevado a su palacio, murió dos días después. Teófanes dice que los motivos para matar a Constante fue que el pueblo le odiaba, entre otras cosas, por matar a su hermano, por arrestar y exiliar al Papa Martín I y por arrancar la lengua al conocido teólogo Máximo el Confesor. 

Tras el entierro de Constante una asamblea eligió como emperador al armenio Mezezio, el cual parece que al principió se negó. Mezezio, según Miguel el Sirio, tenía el rango de patricio. Las fuentes nos dicen que Mezezio era un joven apuesto, inteligente y que poseía un gran valor y coraje. Una supuesta carta del año 726 dirigida por el Papa Gregorio II al emperador Léon III dice que Mezezio era “Comes de Opsikion”, es decir, Conde del Thema de Opsikion, en Anatolia occidental. Sin embargo, otra interpretación dice que Mezezio era realmente el comandante de la escolta de Constante. Según esta misma carta, fueron los obispos de Sicilia los que animaron a Mezezio a rebelarse contra el hereje Constante. 

Nada sabemos de lo que sucedió durante de los escasos meses que duró la usurpación de Mezezio. Ni siquiera conocemos hasta donde se extendió su control, si llegó más allá de Siracusa, si se extendió por Sicilia o si alcanzó otros territorios del occidente bizantino. Durante su usurpación tuvo tiempo de acuñar monedas de oro, de las que se conservan algunos ejemplares. 

Una vez enterado de la muerte de su padre, Constantino IV, que estaba asociado al trono con él, organizó una expedición a Sicilia hacia primavera, o febrero, del año 669. Pero aquí las fuentes discrepan. Según unas, como Teófanes, Agapius o Miguel el Sirio, el mismo Constantino encabezó un gran ejército hacia Sicilia. Allí capturó a Mezezio y lo masacró. Luego capturó a todos los relacionados con la muerte de su padre y con la entronización de Mezezio, a unos los mató, a otros los encarceló y a otros los envió al exilio. Tras esto, Constantino puso orden en Occidente y regresó a Constantinopla junto con el cuerpo de su padre. 

Otras fuentes, como el Liber Pontificalis y Pablo el Diácono nos dicen que ejércitos bizantinos llegados desde Istria, Campania, África y Cerdeña fueron a Siracusa y acabaron con la vida de Mezezio, sin mencionar a Constantino. La cabeza de Mezezio fue llevada a Constantinopla junto a sus colaboradores, que también fueron decapitados. Tiempo después, según Miguel el Sirio, Juan, hijo de Mezezio se sublevó en Sicilia y Constantino tuvo que marchar sobre él. Pero es posible que esto se trate de un error del cronista y que Constantino solo realizara una campaña en Sicilia. 

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jueves, 26 de noviembre de 2020

LAS PERÍOCA DE TITO LIVIO.

Las períoca de Tito Livio son breves sumarios de los libros de su Historia de Roma (Ab Urbe Condita Libri), que, en el caso de los que se han perdido, nos permiten reconstruirlos de forma aproximada. Existen dos tipos de períoca de Tito Livio, unas que cubren la mayor parte de los 142 libros del historiador romano, y otras, las de Oxirrinco (llamadas así por la ciudad egipcia en la que fue descubierto a principios del siglo XIX el papiro que las contiene) que abarcan de forma fragmentaria solo algunos libros. Son las primeras, la períoca del libro XVIII concretamente, las que recogen brevemente la historia de Régulo y la serpiente gigante de Bagrada y que podemos ver en la imagen de abajo.

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EL DRAGÓN DE BAGRADA.

Todos saben que las legiones romanas a lo largo de los siglos se enfrentaron a todo tipo de enemigos como persas, celtas o germanos, pero es casi desconocido que, como nos dicen varias fuentes, los romanos tuvieron que enfrentarse a una gigantesca serpiente en el norte de África. 

A mediados del siglo III a. C. la República romana y el Imperio cartaginés se enfrentaron durante más de veinte años por el dominio de Sicilia. En el año 256 el cónsul romano Marco Atilio Régulo desembarcó en el norte de África, en la actual Túnez, e invadió territorio púnico. Es aquí, cerca del río Bagrada, donde Régulo tuvo que hacer frente a lo que algunas fuentes llaman un dragón. 

Las fuentes que hablan sobre la serpiente gigante o dragón de Bagrada las podemos dividir en tres grupos. Las que dependen de los libros perdidos de Tito Livio, las que dependen de Dion Casio y las que tienen un origen independiente. De todas, la que nos aporta más información es una de las más tardías, las Historias del hispano Orosio, que, basándose en Tito Livio, nos dice lo siguiente: 

“Régulo, a quien le tocó en suerte llevar a cabo la guerra contra Cartago, movió el ejército y asentó el campamento no lejos del río Bagrada. En este lugar, al ser devorados por una serpiente de extraordinaria longitud un grupo de soldados que bajó al río para abastecerse de agua, el propio Régulo descendió con el ejército para destruir a la bestia; pero como los dardos no atravesaban su piel y era inútil todo lanzamiento de flechas -flechas que resbalaban por su horrible entramado de escamas como por un caparazón de escudos colocados oblicuamente y que eran rechazadas de una forma admirable por el propio cuerpo, de manera que era imposible herirla- y como, además, creía el cónsul que gran número de sus soldados era abatido por los mordiscos del animal, era aniquilado por sus ataques y asfixiado por el pestífero olor que de ella emanaba, mandó traer las armas arrojadizas, por medio de las cuales incrustó enormes piedras en su cuerpo espinoso y logró deshacer la trabazón de todo su cuerpo. […] Posteriormente, acribillada por todas partes con flechas, fue fácilmente reducida. El pellejo de esta serpiente fue llevado a Roma (se dice que su longitud era de ciento veinte pies) y durante algún tiempo maravilló a muchos”. 

Si tomamos en cuenta la longitud del pie romano podemos calcular que la serpiente de Bagrada medía según las fuentes unos 35 metros, casi el triple de la Titanoboa que habitó Sudamérica hace 60 millones de años y que pesaba más de una tonelada. 

A continuación citaremos otras fuentes, algunas de las cuales dan información que Orosio no recoge. La mención más antigua a la serpiente de Bagrada es la de Tuberón, conservada por Aulo Gelio. Luego están las fuentes que se basan en el desaparecido libro 18 de Tito Livio, como son Valerio Máximo, Floro o las períocas. Valerio Máximo nos cuenta que la monstruosa serpiente estranguló a muchos soldados con los anillos de su cola y que tras matarla, los romanos debieron cambiar de lugar su campamento ya que su sangre había contaminado las fuentes y el pestilente olor de su cuerpo inundaba la región. 

Séneca y Plinio el Viejo, en el siglo I d. C., también menciona el suceso. Plinio nos dice que, no solo piel, sino también sus mandíbulas se conservaron en un templo de Roma hasta la Guerra de Numancia, a mediados del siglo II a. C. 

A finales del siglo I d. C. el poeta Silio Itálico, en su poema épico Punica, es el que da más información nueva sobre la gigantesca serpiente africana, aunque al tratarse de un poema lo que dice hay que enmarcarlo más dentro de la literatura que de la historia. Silio habla de una gran cueva donde vivía una serpiente de cerca de 180 metros de longitud que se alimentaba de leones y rebaños. Silio compara a esta serpiente con la hidra de Lerma y con el dragón de Juno. Fue atacada por los romanos con enormes balistas y con su caballería. El poema la describe con cresta y una lengua de tres puntas, capaz de lanzar a los caballos de los romanos por los aires y aplastarlos. Pero, primero Régulo y luego sus soldados, consiguieron doblegar a la serpiente con flechas y lanzas, hasta que le destrozaron la cabeza y exhaló su última respiración violácea y venenosa. 

Por último en el siglo III, en un fragmento de Dion Casio conservado por el bizantino Juan Zonaras se llama dragón a la Serpiente de Bagrada. Aunque no sabemos si con dragón Dion Casio se refería a un dragón tal y como lo conocemos ahora o simplemente a una serpiente de proporciones gigantescas, como es el caso de algunos de los dragones de la mitología griega. 

Quizás nunca sabremos la realidad de este hecho, de sí se trata de una mera invención o sí estos relatos tienen un trasfondo verdadero que se han exagerado, lo único cierto es que durante siglos los autores romanos creían en la autenticidad del relato y en la existencia de aquella enorme serpiente.

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jueves, 19 de noviembre de 2020

EL RELATO DE JOHN DRAKE SOBRE EL VIAJE DE FRANCIS DRAKE.

Otra fuente importante sobre el paso de Francis Drake por Sudámerica es la que nos ofrece su primo, John Drake, en dos relatos. John Drake, tras ser capturado en 1582 en el Río de la Plata, fue sometido a dos interrogatorios. 

De estos interrogatorios se derivan dos testimonios, el primero, de 1584, Testimonio de las declaraciones del corsario inglés Juan Drake, sobrino de Francisco Drake, ante el capitán Alonso de Vera y Aragón en Santa Fe tras su llegada al puerto de Buenos Aires huyendo de los indios charrúas, acerca del viaje que hizo al Estrecho de Magallanes su tío, el segundo, de 1587, Relación de la causa del capitán Juan Drake, inglés, hecha en Lima por el Tribunal de la Inquisición. Ambos testimonios se conservan en el Archivo General de Indias (AGI). Una transcripción de estas relaciones las podemos encontrar en The family and heirs of Sir Francis Drake, de Elizabeth Fuller-Eliott-Drake, descendiente de la familia Drake. 

En el segundo testimonio, además de la circunnavegación de Drake, nos da información importante sobre la familia y la genealogía del pirata. John Drake cuenta que uno de sus tíos era Edmon Drac que era padre de Francisco Drac (= Francis Drake). 

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FRANCIS DRAKE EN SUDAMÉRICA (II): CHILE, PERÚ Y ECUADOR.

A mediados de agosto reanudan la travesía y poco después llegaron al Estrecho de Magallanes. Tuvo que ser en estas fechas cuando Drake cambió el nombre del Pelican a Golden Hind, esto es, La Cierva Dorada

Días más tarde encontraron en el estrecho tres pequeñas islas en las que desembarcaron para proveerse de carne de pingüino. En una de ellas, Isla Isabel, desembarcaron y tomaron posesión en nombre de la reina. 

El seis de septiembre los tres barcos salieron del estrecho pero por una tempestad y por errores en los mapas se perdieron y el Marigold desapareció. Un mes después volvieron a la boca del estrecho. En medio del temporal el Elizabeth siguió hacia el norte pero el Golden Hind se adentró mar abierto. Creyendo perdido a Drake, el Elizabeth decidió volver a Inglaterra. Al parecer Drake se desvió muy hacia el sur. Con posterioridad en Inglaterra se hizo circular la falsa historia de que Drake había bordeado el extremo sur de América. Según las narraciones y los mapas llegaron a una isla a la que bautizaron como Elizabeth, isla que no ha podido identificarse y que por ello ha sido catalogada como isla fantasma. 

A finales de octubre Drake volvió a poner rumbo norte. Para entonces muchos hombres habían muerto de frío y escorbuto en aquellas aguas. Casi un mes después llegaron a Isla de Mocha, en el Chile actual. Allí bajaron a comerciar con los mapuches pero tuvieron un enfrentamiento con ellos en el que Drake fue herido, aunque al final los ingleses consiguieron escapar. Debido a este incidente se abandonó la idea de atacar las villas de La Imperial y Valdivia, en el continente. 

Los piratas siguieron hacia el norte y llegaron a las cercanías de Valparaíso, quizás a Quintero. El cinco de diciembre llegaron a Valparaíso y haciéndose pasar por españoles abordaron por sorpresa el barco La Capitana y lo capturaron junto con su cargamento de oro y vino. Luego desembarcaron en tierra y asaltaron varios almacenes. Desde Valparaíso continuaron viaje primero hasta bahía Tongoy y luego a bahía de La Herradura, cerca de Coquimbo, donde se abastecieron de agua, comida y leña. En este último lugar fueron sorprendidos por jinetes españoles, los cuales mataron y decapitaron a uno de los ingleses. 

Las dos naves tuvieron que partir con premura hacia el norte. A finales de año llegaron a Bahía Salada. Allí realizaron varias reparaciones y montaron la pinaza que llevaban a bordo. El 19 de enero de 1579 levaron anclas y siguieron hacia el norte hasta que recalaron cerca de Morro Moreno. Más al norte consiguieron apresar una embarcación de pesca, que al final consiguió escapar de Drake. Al poco tiempo llegaron a Tarapacá, donde capturaron un pequeño cargamento de plata y algo de comida. Desde aquí avanzaron hasta Arica. Allí se hicieron con un barco y su cargamento de plata, incendiaron un barco y bombardearon el lugar durante toda la noche, pero al desembarcar al día siguiente debieron huir ante la presencia de una pequeña tropa. 

Poco después llegaron al Puerto de Chule, cerca de la actual Camaná, en Perú, donde capturaron otro barco. Desde allí siguieron su ruta hacia el norte, durante la cual abandonaron los barcos capturados. En su viaje hacia El Callao apresaron otro barco, cuyo capitán les rebeló la existencia de un barco, el de San Juan de Anton, cargado de plata. Desde entonces, capturar esta nave se convirtió en el objetivo de Drake. A mediados de febrero llegaron a aquel puerto y a pesar de que se hicieron pasar por españoles, fueron descubiertos, sin embargo pudieron capturar un barco, pero ninguno de los tesoros que esperaban hallar allí. Durante su huida fueron perseguidos durante algún tiempo por barcos españoles y Drake tuvo que abandonar el barco que acababan de capturar. 

Al cabo de algunos días, cerca de Trujillo, la pinaza de Drake capturó otro navío español. Desde aquí fueron a Paita, donde asaltaron otro barco. Algo más al norte, fue asaltado otro barco y se hicieron con su carga y con los esclavos negros que llevaba. Drake, siguiendo la pista del barco de San Juan de Anton, evitó entrar en el Golfo de Guayaquil. En Los Quijimes se hicieron con un barco y su cargamento de oro y plata, aunque poco después liberaron el barco. 

A principios de marzo, encontraron el barco de San Juan Anton frente al Cabo de San Francisco, en la costa ecuatoriana, y haciéndose pasar por españoles se acercaron al navío pero al ser descubiertos, abrieron fuego y finalmente lo abordaron. En el encontraron un increíble tesoro de miles de pesos de oro y cientos de barras de plata, el mayor hasta ahora. 

Finalmente se dirigieron la Isla de Caño, en Panamá. Desde allí recorrió las costas de Centroamérica hasta llegar a California, quizás hasta San Francisco, a un lugar que Drake llamó Nueva Albión. Algunas teorías sostienen que pudo llegar tan al norte como Oregón o Canadá. El viaje continuó a través del Pacífico hasta llegar a Mindanao, las Molucas y Java. Desde aquí cruzaron el Índico hasta África, la cual bordearon hasta Sierra Leona y de aquí por fin a Inglaterra a finales de septiembre de 1580. Algunos cálculos de la época cifran el botín en unas 20 toneladas de oro, plata y perlas.

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sábado, 7 de noviembre de 2020

EL RELATO DE NUÑO DE SILVA SOBRE EL VIAJE DE FRANCIS DRAKE.

Una de las principales fuentes documentales sobre el paso de Francis Drake por Sudamérica durante su vuelta al mundo (1577-1580) es Nuño de Silva (o da Silva), el portugués apresado por el corsario en las Islas de Cabo Verde y que no sería liberado hasta la primavera de 1579 en Huatulco (México). 

De Nuño de Silva se conservan en el Archivo General de Indias dos declaraciones ante las autoridades españoles en las que relata su viaje junto a Francis Drake. La primera data 1579 y se titula Relación que dio Nuño de Silva, piloto portugués, de lo que le sucedió con Francisco Drake en la costa del Brasil, obligándole a entrar en el puerto de Guatulco. La segunda está fechada en 1583 y se titula Apuntes del derrotero que llevó el piloto Nuño de Silva en su nao cuando se la tomó el corsario inglés Francisco Drake. Una edición en inglés de ambas podemos encontrarlas en New Light on Drake. A Collection of Documents Relating to his Voyage of Circumnavigation, 1577-1580, de Zelia Nuttalla. 

En estas relaciones se aportan valiosa información sobre el derrotero que Drake siguió por Sudamérica, así como fechas. Nos ofrece apuntes geográficos, longitudes y latitudes. Especial valor tiene la segunda relación que se presenta como un cuaderno de bitácora. 

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FRANCIS DRAKE EN SUDAMÉRICA (I): BRASIL, URUGUAY Y ARGENTINA.

Aquí nos vamos a ocupar de forma breve del que quizás sea el pirata más conocido de la historia, Francis Drake, y de su paso por Sudamérica durante su vuelta al mundo, la primera que realizó un capitán, ya que en las anteriores sus capitanes murieron durante la travesía. 

En 1577 Isabel I de Inglaterra solicitó los servicios de Drake para atacar las posesiones españolas de Ultramar, lo que ya había hecho unos años antes. Aunque tenemos que apuntar que hay historiadores que creen que el objetivo principal de Drake era el comerciar, el de explorar la Terra Australis, encontrar el mítico paso de Anian o el fundar colonias inglesas en Norteamérica y en el Pacífico Sur. 

Fueron cinco los barcos, fuertemente artillados, que formaron la flota de Drake. Los barcos eran el Pelican, perteneciente a Drake, el Elizabeth, el Benedict, el Marigold y el Swan. Estos barcos cargaban pinazas, pequeñas naves encargadas de desembarcar en tierra o de atacar otras naves por sorpresa. La tripulación constaba de unos 170 hombres, algunos de los cuales eran parientes y amigos de Drake. 

Después de una accidentada salida en noviembre la flota finalmente zarpó en diciembre de 1577. A los pocos días ya habían llegado a las costas africanas, a Mogador, en el actual Marruecos. Allí comerciaron con los lugareños hasta que todo se trastocó y estos apresaron a un miembro de la tripulación. 

La flota prosiguió su viaje y en enero de 1578 asaltaron tres barcos de pesca y poco después tres naves portuguesas fueron apresadas en el Río de Oro, en Cabo Barbas y en Cabo Blanco. Tras liberar la mayoría de las capturas, Drake intercambió el Benedict por una de las presas, a la que renombraron como el Christopher

Desde África fueron a las islas de Cabo Verde, atracando a finales de enero en Maio y luego en So Tiago, donde fueron atacados, aunque consiguieron apresar otra nave, la Santa María, a la que rebautizaron como Mary. Su capitán, el portugués Nuño de Silva, fue incorporado a la tripulación de Drake como piloto de la flota. El viaje siguió por las islas de Fogo y Brava, desde las cuales cruzaron el Atlántico. 

En marzo la flota alcanzó Bahía de Todos Santos, en Brasil. Durante tres semanas siguieron hacia el sur bordeando la costa. En abril una tormenta dividió la flota, sin embargo, las naves se reunieron en Punta del Este, a la que las fuentes llaman Cabo Santa María, en el actual Uruguay. Uno de los relatos del viaje menciona que encontraron una pequeña isla, aunque no sabemos si se trata de Lobos, Gorriti, Flores o alguna otra. Los barcos estuvieron algunos días aprovisionándose de agua y carne de lobo marino. Recorrieron las costas del Río de la Plata, pero pocos días después la flota siguió su viaje hacia el sur recorriendo las costas de la actual Argentina. 

A mediados de mayo llegaron al Cabo Tres Puntas, en la Patagonia, a la que llamaron Cape Hope y desde allí se dirigieron a lo que Drake bautizó como Bahía de Lobos, hoy Puerto Deseado, por la cantidad de lobos marinos que allí había. Durante la travesía la flota se separó y tuvieron que buscar al Swan y al Mary. El Swan fue hallado pero poco después le prendieron fuego. En este lugar los ingleses entablaron contacto con los nativos del lugar, que Francis Fletcher, un miembro de la expedición, describió como gigantes. Sin embargo, John Drake, primo de Francis, dirá que a los gigantes los encontraron más adelante, en San Julián. 

Poco después de reanudar el viaje hacia el sur abandonaron el Christopher. A finales de junio llegaron al Puerto de San Julián. Allí también abandonaron al Mary. En este lugar permanecieron varias semanas reparando las naves. Al poco de llegar tuvo lugar una pequeña escaramuza con indígenas del lugar, como declarará el primo de Drake años después. En el Puerto de San Julián Drake juzgó a Thomas Doughty, uno de los jefes de la expedición, al que acusaba de brujería y traición, el cual fue declarado culpable y decapitado. 

A mediados de agosto reanudan la travesía y poco después llegaron al Estrecho de Magallanes. Tuvo que ser en estas fechas cuando Drake cambió el nombre del Pelican a Golden Hind, esto es, La Cierva Dorada.

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martes, 27 de octubre de 2020

FILIBUSTERISMO EN MÉXICO

A mediados del siglo XIX México sufrió varias invasiones en su territorio, conocidas como Expediciones Filibusteras. Estas expediciones, protagonizadas por aventureros franceses y estadounidenses, en unas ocasiones tenían como objetivo solo atacar territorio mexicano, pero en otras pretendían desgajar parte del territorio y crear repúblicas, que en un pudieran ser anexadas a Estados Unidos. Brevemente mencionaremos estas expediciones. 

A principios de la década de 1840 John Fremont entró en la California mexicana. A finales de la década Parker French penetró en el noroeste mexicano. En 1849 John Glanton fue contratado por las autoridades mexicanas para cazar apaches. En 1851 Joseph Morehead anduvo por la frontera de Sonora. En 1851 y 1852 los franceses Charles de Pindray y Lépine de Segondis crearon sendas colonias en Sonora. Un año después Gaston de Raousset-Boulbon atacó Sonora e intentó separarla de México En 1853 William Walker primero intentó crear la República de la Baja California y luego la de Sonora. Más tarde, el mismo Walker, llevaría a cabo tres expediciones a Nicaragua. En 1854, Raousset-Boulbon intentó de nuevo tomar Sonora. En 1857 Henry Crabb también penetró en Sonora. Un caso a parte es el de la República de la Sierra Madre, que se intentó crear en el noreste de México a lo largo de más de treinta años, en especial por parte de José María Jesús Carvajal. 

A estas incursiones de aventureros y mercenarios habría que sumar las del ejército norteamericano, que se tenían a veces un carácter punitivo y otras estaban dirigidas contra el Gobierno de México. 

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LA REPÚBLICA DE LA SIERRA MADRE

En 1840 se intentó crear en el noreste de México la República del Río Grande, que englobaba los estados de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. 

A finales de la década la idea de un territorio independiente en el noreste de México resucitó en el contexto de las tensiones entre centralistas y federalistas, pero esta vez se le conocería como República de la Sierra Madre. Este nuevo país se rumoreaba que contaría con la protección de los Estados Unidos, quizás como primer paso para anexionarlo, ya que en los círculos expansionistas norteamericanos aún ambicionaban más territorios mexicanos. 

Los motivos para la creación de un nuevo país eran, en primer lugar, las ventajas comerciales que los potentados de la región sacarían de dirigir su propio estado, situado entre México y Estados Unidos, y en segundo lugar, el poder combatir con más efectividad tanto las incursiones desde el norte como a las tribus indias. 

En 1848 ya se tienen noticias de un complot encabezado por Francisco Vital, gobernador de Tamaulipas, que pretendía proclamar la República de la Sierra Madre en Tampico con ayuda norteamericana. En ese año surgió el rumor de que en Nueva Orleans se estaba preparando una expedición que desembarcaría en Tampico para proclamar la República de la Sierra Madre. El presidente estadounidense Polk se hizo eco de estos rumores en su diario y anotó que tomó medidas para que no se llevara a cabo. 

El 16 de junio de 1849, en la ciudad texana de Brownsville, en la frontera, se publicó la “declaración unánime de independencia de los Siete Estados Septentrionales de la Sierra Madre de México”, aunque finalmente la intentona quedó en nada. 

En 1851 el texano José María Jesús Carbajal, que había estado relacionado con la República del Río Grande, intentó llevar a cabo la creación de la República de la Sierra Madre. Carbajal, con ayuda de filibusteros norteamericanos, atacó entre otras las ciudades de Camargo, Reynosa y Matamoros, la cual resistió durante 10 días hasta que Carbajal y los norteamericanos se retiraron. Durante los siguientes años tuvieron lugar otros pequeños ataques al territorio mexicano. 

Poco después, Santiago Vidaurri, gobernador de Nuevo León y Coahuila, volvió a retomar la idea. Así se refleja en los archivos mexicanos, donde podemos encontrar varios documentos que hacen referencia a la nueva intentona secesionista durante entre los años 1855 y 1858. 

A finales de la década se mencionan planes de la sociedad secreta sureña conocida como los Caballeros del Círculo Dorado, que buscaría la proclamación de esta República y su anexión a los estados esclavistas del sur. Según los archivos mexicanos, en 1861 el Círculo Dorado volvió a participar en un complot para crear la República de la Sierra Madre. 

Más tarde, durante la intervención francesa en México y el Segundo Imperio, Vidaurri volvió a plantear la idea, esta vez con ayuda de los confederados, que por entonces estaban en guerra con la Unión. 

En la década de 1870 vuelve a hablarse de la idea de que los estados del norte se separen. Los rumores hablan de Sonora, Sinaloa, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Durango y Zacatecas. Uno de estos rumores dice que el expresidente Sebastián Lerdo pretendía crear en 1877 la República de la Sierra Madre, cosa que el mismo negó. 

La última mención sobre el proyecto de la creación de la República de la Sierra Madre surge en 1880, cuando un rumor señala al General González Flores como su realizador. 

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jueves, 22 de octubre de 2020

LA TORRE FRANCA EN EL ARTE

Se conservan varias fotografías de la Torre Franca antes de que fuera demolida en 1874, pero también decenas de dibujos y pinturas que nos permiten comprobar como era la torre y como era el paisaje que los atenienses y los visitantes veían la Acrópolis antes de 1874. 

Algunos de los pintores que inmortalizaron la Torre Franca fueron los siguientes: Louis Dupré (c. 1825), J. M. W. Turner (1830), Charles Frederick de Brockdorff (1835), William Page (1836), William James Müller (1838-1839), Thomas H. Cromek (1834 y 1846), Pierre Bonirote (1842), Ippolito Cafri (1843), Théodore d'Aligny (1845), Dominique Papety (1846), Edward Lear (1848), Alfred de Curzon (1852), Raffaelo Ceccoli (1853), Vincenzo Lanza (????), Jean-Auguste-Dominique Ingres (mediados s. XIX), Richard Phené Spiers (1866), Sandford Robinson Gifford (a. 1874) y Alfred William Hunt (c. 1869-1870).

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LA TORRE PERDIDA DE LA ACRÓPOLIS DE ATENAS

Todos conocen la Acrópolis de Atenas y el Partenón, pero pocos saben que hasta hace 150 años la imagen era muy distinta. Y es que el edificio que más sobresalía en el horizonte ateniense no era el Templo de Atenea, era la conocida como Torre Franca. 

En el año 1204 la Cuarta Cruzada, que se dirigía a Tierra Santa, terminó con la toma de Constantinopla y el desmembramiento del Imperio Bizantino. Entonces en Grecia se crearon una serie de Estados gobernados por señores de Occidente, los latinos. Algunos de estos estados fueron el Imperio Latino, el Principado de Acaya, el Reino de Tesalónica, el Ducado de Atenas o la Triarquía de Negroponte. A este período se le conoció como Francocracia, por francos, el nombre genérico que los griegos daban a los occidentales en aquella época. Esta fase, también conocida como Latinocracia y Venetocracia, esta última denominación solo usada para los dominios venecianos, duró hasta la conquista otomana a mediados del siglo XV. 

Durante esta época se construyeron por toda la Grecia latina torres, castillos y fortalezas, algunas de las cuales aún se conservan. Entre ellas podemos citar la Torre de Aliartos, la Torre de Amfikleia, la Torre de Lilaia o la Torre de Coronea. 

En el caso de Atenas, durante el período latino la Acrópolis se conoció como “Castillo de Sathines” o “Cetines”. El Partenón por entonces se había convertido en la Iglesia de Santa María, se construyó un palacio en los propileos y se fortificaron sus accesos. 

Atenas fue cabeza del Ducado del mismo nombre. Este Ducado primero fue regido por la familia de La Roche, una dinastía burgundia, y luego pasó a manos catalanas. En el año 1388 el Ducado de Atenas pasó a la familia florentina de los Acciaioli. Fue, con toda probabilidad, durante el gobierno de esta dinastía, entre finales del siglo XIV y mediados del XV, cuando se levantó la Torre Franca, quizás en época de Nerio I. 

Conocida como Torre Franca o Torre Veneciana, se encontraba en la entrada de la Acrópolis, en los propileos, y había sido construida, entre otros, con restos de los propios propileos y con materiales de época bizantina. Sus lados eran de 8,6 por 7,7 metros y medía más de 25 de altura. Con esta altura la torre tenía visión de todo el terreno circundante. 

Durante la época otomana la torre, conocida como Koulas, fue utilizada como almacén y cárcel, como pasó durante la Guerra de Independencia de Grecia. La torre se demolió, con gran polémica, en 1874 por indicación de Schliemann, descubridor de Troya, dentro del programa para limpiar y restaurar la Acrópolis de época Clásica. En la actualidad se conservan cuadros, ilustraciones y fotografías de época moderna que nos permiten comprobar como fue aquella torre.

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jueves, 15 de octubre de 2020

ALEJANDRO MAGNO Y LAS EMBAJADAS DE OCCIDENTE

En relación a los planes inconclusos de Alejandro para conquistar los países de Occidente podríamos mencionar las embajadas que, desde estas regiones, llegaron a Babilonia en el año 323 a. C. Cuenta Diodoro Sículo que tras la muerte de Hefestión, en el año 324, Alejandro dirigió una campaña contra los coseos, un pueblo que habitaba los Zagros. Después de aniquilarlos, Alejandro, en el 323 se encaminó hacia Babilonia. Diodoro primero menciona una embajada de caldeos que informa a Alejandro de una profecía según la cual morirá si entra en Babilonia. A continuación dice que varias embajadas salieron a su encuentro: 

Por este tiempo comparecieron ante Alejandro embajadores de casi todo el mundo habitado, unos para congratularse con sus éxitos, otros para traerle coronas, otros para concertar tratados de amistad y alianza, muchos otros traían magníficos regalos, y algunos para defenderse de ciertas acusaciones. En efecto, aparte de los pueblos y ciudades y príncipes de Asia, también comparecieron los embajadores de Europa y África; de éstos, los cartagineses y afro-fenicios y todos los que habitan la costa hasta las Columnas de Hércules; de Europa enviaron sus legaciones las ciudades de Grecia y de Macedonia, a más de los ilirios y la mayoría de los que habitan en torno al Adriático, las tribus tracias y sus vecinos Gálatas, a quienes entonces por primera vez llegaron a conocer los griegos”, (Biblioteca Histórica, XVII, 113, 2). 

Arriano también se hace eco de estas embajadas: 

le salieron al encuentro unos embajadores de los libios, que le dieron la enhorabuena y le ofrecieron coronas como a rey de toda el Asia; igualmente se habían desplazado legaciones de los pueblos de Italia; a saber: brucios, Iucanos y tirrenos, con este mismo motivo. Se dice incluso que acudieron algunos embajadores cartagineses, etíopes y de los escitas europeos, a más de celtas e iberos, solicitando su amistad, siendo ésta la primera vez en que los griegos y macedonios tuvieron conocimiento de la existencia y armamento de estos pueblos. Se dice incluso que estos pueblos acudieron al arbitraje de Alejandro para dirimir sus recíprocas querellas, de suerte que Alejandro aparecía en su estima propia y en la de sus seguidores como señor de toda la tierra y el mar. Según el testimonio de dos historiadores de Alejandro, Aristón y Asclepiades, hasta los romanos enviaron una legación ante Alejandro. Al entrevistarse con él los romanos, aventuró Alejandro que su poderío sería inmenso en el futuro, vista la disciplina de sus hombres, su laboriosidad y libertad, así como el sistema político por el que, según le habían informado, se regían”, (Anábasis, VII, 15, 4-5). 

Justino, en su Epítome de las Historias Filípicas de Pompeyo Trogo también recoge la noticia de estas embajadas: 

Cuando de las últimas costas del Océano volvía a Babilonia, se le anuncia que embajadas de los cartagineses y de otras ciudades de África, y también de las Hispanias, Sicilia, Galia, Cerdeña, también algunas de Italia, aguardaban su llegada a Babilonia. El temor a su nombre había invadido todo el mundo, hasta el punto que todos los pueblos lo honraban como al rey que les había sido destinado”. (Epítome, XII, 13, 1-2).

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¿QUISO ALEJANDRO MAGNO CONQUISTAR OCCIDENTE?

Muchos conocen que las conquistas de Alejandro Magno llegaron a lugares tan remotos como el noroeste de la India o las montañas de la moderna Tayikistán, pero son menos conocidos sus presuntos planes de conquistar las lejanas tierras de Occidente. 

A pesar de no poder proseguir sus conquistas por la India, las ansias de nuevas conquistas de Alejandro no acabaron, y es que como dijo Aristobulo, Alejandro aspiraba a ser señor de todos. Se sabe por las fuentes que durante su estancia en Babilonia, en los años 324 y 323 a. C., el macedonio parece ser que proyectó continuar sus conquistas hacia Occidente. Aunque estas noticias son breves y de tres o cuatro siglos más tarde, lo que dificulta extraer certezas absolutas. 

Diodoro Sículo, en el siglo I a. C., nos cuenta que Crátero, general de Alejandro, poseía un escrito con los planes de Alejandro, planes que finalmente sus sucesores no llevaron a cabo. También menciona Diodoro unas notas que Pérdicas, otro general de Alejandro y regente del Imperio tras la muerte de este, había encontrado. En estas notas, conocidas como hypomnemata, se encontraban, entre otros, los planes para conquistar Occidente. Así lo cuenta Diodoro: 

mil grandes naves, de mayor tamaño que las trirremes, serían construidas en Fenicia, Siria, Cilicia y Chipre para una campaña contra Cartago y contra el resto de poblaciones que vivían junto al mar de Iberia y Libia y la costa adyacente hasta Sicilia; luego se construiría una vía por la costa de Libia hasta las columnas de Hércules y a continuación, considerando la envergadura de tal expedición, se construirían puertos y muelles, según la disposición del terreno en los lugares apropiados. Se construirían seis lujosos templos, con un coste de mil quinientos talentos cada uno y, aparte, se fundarían nuevas ciudades con población emigrante desde Asia hasta Europa, y viceversa, desde Europa hasta Asia, para que los más grandes continentes se unieran en una armoniosa y común unidad familiar cimentada en matrimonios y relaciones de parentesco”. 

Quizás esta referencia que acabamos de ver a la construcción de una vía desde Libia, es decir, desde el Norte de África a las columnas de Hércules influyera al geógrafo árabe al-Idrisi para mencionar en el siglo XII los restos de un camino de piedra que había ordenado hacer Alejandro Magno. 

El relato de Diodoro, aunque muy posterior a los tiempos de Alejandro, según algunos historiadores modernos, se basaría en los escritos de Jerónimo de Cardia, historiador contemporáneo de Alejandro. 

Al relato de Diodoro, Quinto Curcio añade varias cosas más. Dice que Alejandro quería dirigirse desde Siria a África para atacar a Cartago, a la que tanto odiaba, quizás por la ayuda que esta había prestado a Tiro durante el asedio a la que Alejandro la sometió durante meses en el año 332. Desde África Alejandro pretendería atravesar Numidia y llegar a las columnas de Hércules, Gadir, la moderna Cádiz, e Iberia y, tras atravesar los Alpes, bordear las costas de Italia hasta Epiro. Para ello mandó construir setecientas naves, no las mil que dice Diodoro, siendo ambas cifras evidentes exageraciones. 

La idea de atacar Cartago no resulta absurda si tenemos en cuenta que Alejandro, hegemón de Grecia, esto es, su caudillo, habría pensado en defender a los griegos de Sicilia y del sur de Italia del poderío cartaginés, y es que hay que recordar que los griegos de Occidente y Cartago estaban en guerra desde hacia casi tres siglos. Pero las campañas en Occidente no se restringirían a Cartago. Es posible que Alejandro quisiera llevar a cabo el dominio del mundo como así le anunció el oráculo de Amón en Siwa años atrás. 

El historiador Plutarco se hace eco del mismo plan del que habla Quinto Curcio, pero su desarrollo sería distinto: 

“(Alejandro) concibió el proyecto de descender él mismo por el Éufrates con una gran flota para después, bordeando las costas de Arabia y de Libia, penetrar en el mar interior a través de las columnas de Heracles; en Tápsaco hizo construir todo tipo de barcos y reclutar marineros y timoneles de todas partes”. 

Por último, citaremos a otro autor, Arriano, que en su Anábasis de Alejandro, se hace eco de opiniones de otros historiadores según las cuales el macedonio quería circunnavegar Etiopía y Libia hasta Gadir o dirigirse al Euxino y al Lago Meótide, es decir, el Mar Negro y el Mar de Azov, o poner rumbo a Sicilia y el sur de Italia debido al creciente poder de Roma. 

Sobre estos supuestos planes los historiadores modernos no se ponen de acuerdo. Para algunos eran planes reales, para otros, planes inverosímiles fruto de la invención de cronistas posteriores. Posiblemente, Alejandro proyectara alguna expedición a Cartago, pero los historiadores posteriores, basándose en hechos ciertos, exageraron estos planes hasta hacer creer que Alejandro quería dominar todo Occidente. 

Pero si tenemos en cuenta que en sus últimos meses de vida Alejandro quiso conquistar Arabia, no es descabellado pensar que también ambicionaba expandir su imperio hacia Occidente. Estos planes de conquistar Arabia también están documentados. Arriano nos cuenta que Alejandro quería colonizar las islas y costas del Golfo Pérsico y dominar Arabia. Para ello envió misiones que navegaron alrededor de Arabia y reconocieron sus costas al mando de Arquias, el cual llegó a la moderna Bahréin, Andróstenes y Hierón de Solos, el cual tenía ordenes de circunnavegar la península arábiga pero que solo llegó hasta la entrada del Mar Rojo. También estaba construyendo una flota en Fenicia que sería transportada y desmontada por tierra hasta el Éufrates. Estos planes para conquistar Arabia aparecen recogidos por otros autores como Estrabón, que se hace eco de la historia perdida de Aristóbulo de Casandrea, historiador que acompañó a Alejandro en sus expediciones. 

Para finalizar, cabe señalar que estos no fueron los únicos proyectos o supuestos planes que Alejandro no pudo realizar al morir prematuramente. Las fuentes también recogen la construcción de la inmensa pira funeraria de Hefestión, la construcción de un gran templo en Troya y la construcción de una tumba para su padre, Filipo II, que rivalizara con la mayor de las pirámides de Egipto.

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jueves, 8 de octubre de 2020

EL WATER WITCH EN LA GUERRA CIVIL AMERICANA

Tras su expedición en Sudamérica, el Water Witch regresó a Estados Unidos. En 1861 regresó al servicio, uniéndose al bloqueo unionista de los puertos confederados con la labor de buque correo. La base de Water Witch se encontraba al sur de Florida, en Key West. Aunque Florida fue un estado confederado, Key West había permanecido en manos del norte. Meses después, el Water Witch fue destinado a la desembocadura del Mississippi. En 1862 se vio inmerso en un combarte con el navío confederado CSS Manassas, el cual estaba armado de un espolón, del cual consiguió escapar sin muchos daños. 

Más tarde el Water Witch fue destinado primero  a las costas de Alabama y Florida y más tarde a Carolina del Sur, al puerto unionista de Port Royal, capturado solo unos meses antes. El Water Witch formó parte de la incursión unionista por el interior de Florida a través del río St. Johns en octubre del año 1862. 

Después de unas reparaciones, el Water Witch siguió sus labores de bloqueo durante el siguiente año y medio en el norte de Florida, Georgia y Carolina del Sur, hasta que en junio de 1864 fue capturado por una flotilla de botes confederados. Durante meses permaneció en manos confederadas, hasta que en diciembre de aquel año los confederados lo quemaron para evitar que los unionistas lo recuperaran.

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1859, ESTADOS UNIDOS (CASI) INVADE PARAGUAY

A lo largo de los últimos dos siglos Estados Unidos ha intervenido en América Latina innumerables veces, muchas de estas intervenciones se conocen, pero otras son casi desconocidas. Este es el caso de la disputa que enfrentó a Estados Unidos con Paraguay en la década de 1850, la cual narraremos a continuación. 

En 1845, los Estados Unidos enviaron como representante a Paraguay a Edward Hopkins, al que se describe como arrogante, pendenciero y fanfarrón, que causaría muchos problemas durante su estancia en el país sudamericano. Pronto Hopkins comenzó a extralimitarse en sus funciones. Estando en el país Hopkins consiguió que inversores norteamericanos aportaran capital para crear la United States and Paraguay Navigation Company

En 1853 Hopkins fue nombrado cónsul de Estados Unidos en Paraguay. Un día, en 1854, se produjo un incidente entre el hermano de Hopkins y un soldado paraguayo, que acabó con el hermano de Hopkins siendo golpeado por el soldado. Entonces Hopkins, látigo en mano, fue a la sede del gobierno quejándose vehementemente por el incidente. El presidente de Paraguay, Carlos Antonio López, respondió retirándole a Hopkins las credenciales, así, el cónsul debía abandonar el país, pero el presidente paraguayo lo retuvo hasta que entregara ciertos documentos. Además, debido a los abusos de la empresa de Hopkins, López decretó la expropiación de todas las inversiones extranjeras. 

Un año antes, en 1853 el Water Witch, un barco de la armada estadounidense, llegó a Asunción con el objetivo de investigar la cuenca del Río Paraguay, comandado por Thomas Page. En un principio, el barco fue recibido con total simpatía. Page pretendía navegar hasta Brasil, pero López se lo impidió por las tensas relaciones entre ambos países, pero finalmente Page ignoró las órdenes de López y llegó hasta el Mato Grosso, lo que provocó el primer incidente entre Page y López. 

En este momento Hopkins vuelve a aparecer. Pese a la pobre opinión que Page tiene sobre Hopkins, Page se dirigió a Asunción y, desafiando a López, consiguió evacuar a Hopkins y a otros estadounidenses, llegando incluso, según se dice, a apuntar con sus cañones al Palacio Presidencial, lo que evidentemente enfureció a López, que prohibió navegar por aguas paraguayas a cualquier barco de guerra extranjero. 

Una vez en Estados Unidos, Hopkins exigió a su país que llevara a cabo represalias contra Paraguay. Además, la empresa de Hopkins demandó a Paraguay por daños y perjuicios, reclamando una gran suma de dinero. 

Estos incidentes provocaron que el Tratado de Amistad firmado en 1853 entre Paraguay y los Estados Unidos no se ratificara, lo que generó un gran malestar en los norteamericanos. 

En 1855 el Water Witch, que, ante la ausencia de Page, estaba al mando de William Jeffers, comenzó a navegar por el Río Paraná, en la frontera entre la Confederación Argentina y Paraguay, donde se encontraba el fuerte paraguayo de Itapirú. El Water Witch entró el 1 de febrero en aguas paraguayas, quizás con la intención de provocar a López, lo que creó un nuevo incidente. Pese a un aviso previo, el Water Witch se negó a transigir, por lo que la artillería de Itapirú realizó disparos de aviso, a los que siguieron disparos hacia el barco. Los disparos mataron al timonel Samuel Chaney. El Water Witch también disparó sus cañones pero aún así los paraguayos le ocasionaron graves daños y el barco debió retirarse perseguido por la cañonera paraguaya Tacuarí. 

Page intentó que la escuadra norteamericana radicada en Brasil, comandada por el Comodoro Salter, tomara represalias, pero obtuvo un no por respuesta, en parte por las escasas fuerzas que los estadounidenses tenían en la zona. 

En 1856 los Estados Unidos enviaron a Paraguay a un comisionado especial, Richard Fitzpatrick, con el objetivo de que se ratificara el Tratado de Amistad y presentar las debidas reclamaciones por la compañía de Hopkins. Pero como era de esperar, López se negó a ratificar el Tratado hasta que los Estados Unidos no abandonaran estas reclamaciones y se disculparan por el incidente con el Water Witch

En Estados Unidos esta serie de incidentes con Paraguay pasaron casi desapercibidos. No había presión por parte de la opinión pública ni se responsabilizaba a López por el incidente con el Water Witch, pero de repente, en 1857, al llegar a la presidencia, James Buchanan revivió el asunto. Por ello se ha pensado que el presidente tenía motivos ocultos para organizar una expedición contra Paraguay. Los historiadores han planteado que en realidad Buchanan pretendía distraer la atención de los problemas internos de Estados Unidos. 

Los motivos esgrimidos por Buchanan durante el mensaje anual al Congreso fueron en primer lugar, que Paraguay se había negado a ratificar el Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. Segundo, que Paraguay se había apropiado de bienes de ciudadanos norteamericanos. Y tercero, los paraguayos habían atacado al Water Witch y mató a uno de sus tripulantes. El Presidente estadounidense obtuvo permiso para enviar una escuadra a Paraguay a principios de junio del año 1858. 

La expedición que se organizó fue tanto diplomática como militar. Hasta aquel momento fue la expedición naval más grande de la historia de Estados Unidos. Estaba compuesta por 19 naves que constaban de 200 cañones en total y 2.500 soldados. Al mando de la misión diplomática estaba James Bowlin y de la parte militar el Comodoro William Shubrick. 

Bowlin tenía las instrucciones de exigir disculpas por los incidentes pasados, conseguir la ratificación del Tratado de Amistad, una indemnización por la muerte de Samuel Chaney y otra por la compañía de Hopkins. Sí Paraguay se negaba a satisfacer estas exigencias, se llegaría a emplear la fuerza. Las instrucciones para esta parte eran bloquear el Río Paraguay, atacar el Fuerte Humaitá y capturar Asunción. 

La flota llegó a Montevideo a finales de 1858. Bowlin decidió dejar a parte de la flota en Montevideo y remontar el Río Paraná con el resto. Una vez llegados a la ciudad de Paraná, capital de la Confederación Argentina, se encontraron con su presidente, Justo José de Urquiza, muy interesado en un arreglo pacífico del conflicto, y es que Urquiza quería mantener a su lado a López en su conflicto con el Estado de Buenos Aires. Por ello Urquiza viajó hasta Asunción antes de que Bowlin viajara solo con el USS Fulton, dejando al resto de naves en Corrientes. Bowlin llegó a Asunción a finales de enero del año 1859 y de inmediato comenzaron las negociaciones con la mediación de Urquiza. 

Bowlin renunció a pedir una compensación por la compañía de Hopkins, ya que sabía que este no tenía ninguna razón. Salvado este escollo se llegó a un acuerdo. Paraguay compensó a la familia del timonel muerto. Se firmó un Tratado de Amistad entre ambos países. Y por último, las reclamaciones de Hopkins serían sometidas a un arbitraje, que se resolvió a favor de Paraguay en 1860. Así fue como se zanjaron los incidentes que pudieron haber acabado con una guerra entre Paraguay y Estados Unidos.

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domingo, 4 de octubre de 2020

SOBRE EL NOMBRE DE BJÖRN IRONSIDE

En ocasiones es llamado Björn Ragnarsson por ser hijo de Ragnar Lodbrok y en otras Ironside, es decir, costado o costilla de hierro. Guillermo de Jumièges a mediados del siglo XI explica en su obra, la Gesta Normannorum Ducum, el origen de su nombre. Primero cuenta que Lothroc (Lodbrok) expulsó a su hijo, Bier (Björn) llamado costado de hierro, del reino, siguiendo una antigua tradición, para que fuera a conquistar otros países. A continuación expone el origen de su nombre: 

“Qui ideo Costa Ferrea vocabatur, quia non ei clypeus objiceretur, sed inermis in acie stans, armorum vim quamcunque sperneret illæsus; vehementissimis matris ejus venenis infectus”, (Gesta Normannorum Ducum, I, 5). 

Guillermo de Jumièges, en un latín medieval, dice que Björn era invulnerable en la batalla ya que su madre lo había frotado o infectado con todo tipo de fuertes (o mágicos) venenos. Esto podría tener alguna reminiscencia lejana en la leyenda de Aquiles y en como su madre lo volvió casi totalmente inmune al sumergirlo en el río Estigia, o según otras versiones, al ungirlo con ambrosía.

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VIKINGOS EN ÁFRICA

Muchos conocen las expediciones y el asentamiento de pueblos nórdicos en Europa occidental, en Rusia e incluso en América, pero su presencia en África, aunque efímera, es prácticamente desconocida. 

En el año 858 u 859 una armada de vikingos, llamados por las fuentes hispano-musulmanas al-magus o Madjus, esto es, “adoradores del fuego”, se hicieron a la mar desde el Loira. Al mando estaban los caudillos normandos Hastein y Björn Costilla de Hierro, hijo de Ragnar Lodbrok. La flota se dirigió hacia las costas españolas, en el que sería el segundo gran ataque a este territorio, aunque quizás el objetivo principal era llegar a Roma y atacarla, y lo que es más increíble, según Guillermo de Jumièges Hastein pretendía convertir a Björn en emperador. Decenas de naves normandas asolaron las costas gallegas y portuguesas, tras lo cual se dirigieron al litoral andaluz del Emirato de Córdoba, donde siguieron con sus destrucciones en lugares como Algeciras, donde incendiaron su mezquita, tras lo cual atravesaron el Estrecho de Gibraltar, pasaron a África y atacaron Nekor, a unos 60 kilometros al oeste de Melilla. Así nos lo cuentan entre otros la Crónica de Alfonso III, Ibn Hayyan e Ibn Adhari. Pero antes de llegar a Nekor parece que desembarcaron en la actual Arcila, no muy lejos de Tánger, en territorio de la dinastía Idrisí, aunque no sabemos si a este lugar llegó toda la flota o solo una parte. 

El historiador Al-Bakri y el Kitab al-istibsar recogen la noticia de una visita anterior de los normandos a Arcila, que sitúan en el año 844, según la cual los Madjus llegaron al lugar y los bereberes se reunieron para combatirlos pero los normandos les convencieron para que se retiraran, aunque los bereberes rompieron el pacto y los Madjus tuvieron que huir. No sabemos si los normandos realmente desembarcaron dos veces en África o si por el contrario solo fue una y estamos ante un error de las fuentes. 

Al-Bakri nos cuenta que desde al-Andalus los Madjus fueron desviados por una tormenta a la rada de Arcila y que allí perdieron muchos de sus barcos y por ello el lugar fue conocido como Puerta de los Madjus. Al-Bakri, en un segundo pasaje, nos aporta más información. Los Madjus desembarcaron hacia el año 858 u 859 cerca de Nekor, tomaron la ciudad, y durante ocho días la saquearon y redujeron a sus habitantes a la esclavitud, entre ellos a varios miembros de la familia del Emir de Nekor. A muchos habitantes de Nekor los expulsaron de sus casas, como nos dice la Historia Arabum y a otros los pasaron por el filo de su espada. 

Ibn al-Qutiyya, aunque lo situa en el año 844, también menciona el ataque y dice que los Madjus cogieron prisionero al principe de Nekor, si bien en realidad parece que fueron dos princesas las que cayeron presas. Ibn-Jaldun también menciona el ataque a Nekor y dice que fue liberada por los bereberes Beranis. Los Anales Fragmentarios de Irlanda podrían corroborar este enfrentamiento con los bereberes al hablar de una batalla con los mauritanos en la que muchos fueron masacrados y a su rey le cortaron la mano. Cuando la batalla acabó ambos ejércitos se retiraron a sus campamentos. Aquella noche el rey mauritano huyó. Al saber esto, las tropas mauritanas se retiraron. A continuación, el país fue saqueado y quemado y muchos de sus habitantes fueron esclavizados y llevados a Irlanda, y allí fueron conocidos como los “hombres azules”. Según esta fuente fueron tres los hijos de Ragnar Lodbrok los que participaron en esta expedición. 

Todos los autores coinciden en que los normandos siguieron su expedición por el Mediterráneo. La costa de Tudmir, Orihuela y las Islas Baleares también sufrieron la furia vikinga. Los normandos pasaron el invierno en el sur de Francia y depredaron la región. Ya en primavera se dirigieron a Italia y atacaron entre otras, las ciudades de Luna, Fiesole, Pisa y las cercanías de Florencia. También es posible que llegaran tan lejos como Constantinopla y Alejandría, pero aquí las fuentes se muestran más confusas. 

A su regreso tuvo lugar una batalla naval con la flota de Mohamed I de Córdoba. En este combate los normandos perdieron varios barcos pero, como nos informa Al-Nuwayri, también gran número de mahometanos sufrieron martirio. No sabemos si fue durante este combate o antes, cuando el Emir de Córdoba rescató, por la fuerza o mediante el pago de rescate, a parte de la familia del Emir de Nekor, como nos informa Al-Bakri. 

Después de casi tres años de expedición, la razzia normanda acabó con un ataque a Pamplona, donde capturaron al rey García I, que solo fue liberado tras pagar un fuerte rescate. Aunque no sabemos si el ataque se efectuó remontando el río Ebro o desde la costa cantábrica.

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miércoles, 30 de septiembre de 2020

LA PIRÁMIDE DE AMENEMHAT I

Aunque en la actualidad parece una montaña de escombros, en la antigüedad se levantaba una de las grandes pirámides del Imperio Medio. El complejo de Amenemhat I, quizás cerca de Itj-tawy, se encuentra en Lisht Norte. En la construcción de su pirámide Amenemhat I regresó a los estándares del Imperio Antiguo. Los lados de la pirámide median unos 84 metros y tenía una altura de 55 metros. A diferencia de la pirámide de su hijo, Sesostris I, que constaba de una pirámide satélite y otras 9 pertenecientes a reinas, la pirámide de Amenemhat I carece de ellas. 

El conjunto de la pirámide constaba de un muro exterior de adobe y de otro interior de piedra caliza. Justo a medio camino entre los dos muros se elevaba la plataforma sobre la que se erigia la pirámide. Entre ambos muros se construyeron varias tumbas y mastabas pertenecientes a miembros de la familia real y de la corte. Dos con enterramientos colectivos en la esquina noreste de la pirámide (954 y 956), otra en la esquina suroeste perteneciente al alto funcionario Rehuerdjersen, conocida también como “Mastaba Francesa” (372/384), y tres más en la esquina sureste. Una perteneciente a Senimeru (470), la otra quizás al alto funcionario Antefiker (400) y la tumba de Nakht (493). En el lado oeste la pirámide se construyeron 22 tumbas shaft, es decir, tumbas en pozo. Por algunos objetos se sabe que algunas estaban ocupadas por mujeres de la familia de Amenemhat I. 

En el lado este se encontraba en templo funerario, del que en la actualidad apenas quedan restos. Desde ahí corría una calzada hasta el templo del valle. Este nunca ha sido excavado al encontrarse bajo el agua. Dentro del muro de caliza se encontraba la pirámide, cuya entrada, antecedida por una capilla, estaba en el lado norte. La entrada daba acceso a un corredor que desembocaba en un pozo que acababa en la cámara funeraria, la cual no ha sido excavada al encontrarse bajo el nivel del agua. 

El núcleo de la pirámide estaba hecho de bloques de piedra caliza con un relleno de arena, escombros y adobe. También se reutilizaron bloques con relieves de época del Imperio Antiguo, incluidos algunos del templo funerario de Keops, del complejo de Kefrén, de Unas y quizás de Pepi II. Tal vez la inclusión de estos bloques tuviera un significado espiritual. Material del Imperio Antiguo también se puede encontrar en las tumbas y mastabas que rodean la pirámide.

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