Son conocidas las guerras civiles de los visigodos, sus guerras contra los suevos o las que mantuvieron contra los bizantinos, pero es prácticamente desconocido que en el siglo VI los visigodos se enfrentaron a los francos de la dinastía merovingia cuando estos invadieron Hispania.
En el año 507, tras la derrota visigoda en la batalla de Vouillé, los godos perdieron la mayor parte de sus territorios en la Galia, conservando únicamente una franja de tierra en el sureste, la conocida como Septimania. Desde entonces los visigodos se asentaron definitivamente en Hispania y pasaron a controlar la mayor parte del territorio.
Años después de Vouillé gobernaba Hispania el ostrogodo Teudis. Durante su reinado, en el año 541 o 542, según otros, los reyes francos Clotario I y Childeberto I, hermanos e hijos de Clodoveo I, acompañados de un gran ejército y, según algunas fuentes, por otros tres reyes francos, cruzaron los Pirineos occidentales, pasaron por Pamplona, y a continuación se dirigieron a Caesaraugusta, la actual Zaragoza, a la que pusieron sitio. Según Isidoro de Sevilla está invasión se produjo en el año 569 de la Era Hispánica, es decir, el año 531.
Para unos historiadores la invasión tuvo como objetivo anexionarse territorios, para otros era una mera expedición de saqueo y para otros se pretendía vengar las ofensas que el anterior rey de los visigodos, Amalarico, había hecho años atrás a su mujer, Clotilde, hermana de los reyes francos.
Según Gregorio de Tours, en su Historia Francorum, los habitantes de Zaragoza se volvieron hacia Dios, ayunaron, se vistieron de cilicio y sacaron en procesión alrededor de la muralla la túnica del Beato Vicente Mártir. Las mujeres seguían esta procesión vestidas de luto y con los cabellos cubiertos de cenizas. Ante está visión, los francos se asustaron y creyeron que se trataba de algún hechizo, por lo que levantaron el sitio, que duró, según la Crónica Caesaraugustana, 49 días.
Esta crónica también dice que los francos devastaron casi toda la provincia Tarraconense, algo que coincidiría con lo que cuenta Gregorio de Tours al decir que los francos conquistaron gran parte de Hispania, a lo que añade que regresaron a la Galia con gran botín.
Otra versión, la del Liber Historiae Francorum, dice que el rey Childeberto levantó el sitio de Zaragoza solo cuando consiguió que le entregaran la túnica del Beato Vicente Mártir, la cual llevó hasta París, donde le dedicó una iglesia en la que más tarde ser haría enterrar. Esta iglesia es la hoy conocida como Abadía de Saint-Germain.
Una tercera versión dice que la retirada de los francos no fue tan tranquila ya que el duque Teudigiselo interceptó la retirada franca en los Pirineos. Estos, tras un primer enfrentamiento desfavorable, pagaron a Teudigiselo un fuerte rescate para que les dejara retirarse durante un día, tras el cual, los francos rezagados fueron masacrados por los visigodos.
Por su parte, la Crónica Albeldense nos dice que Teudis venció a los reyes francos en el territorio de las Hispanias, aunque no sabemos si esta mención hace referencia a una batalla que no conocemos o a la victoria del duque Teudigiselo sobre los francos en los Pirineos.
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