Es mucho lo que se conoce sobre el primer emperador del Imperio Romano, Augusto, y su reinado de cuarenta años, el más largo de la historia del Imperio, pero a continuación hablaremos de diez hechos de su vida que apenas se conocen.
Cuenta Suetonio que, poco después de la Guerra de Perusia que le enfrentó contra los partidarios de Marco Antonio, estando el joven Augusto, aún llamado Octaviano, en esta ciudad, un grupo de gladiadores casi acabó con su vida.
En su adolescencia estuvo prometido con la hija de Publio Servilio Isáurico, aunque finalmente su primera esposa fue Claudia, hijastra de Marco Antonio, con la que se casó para sellar la reconciliación y la alianza con este. Aunque más tarde la repudiaría para casarse con Escribonia.
En el año 30 a. C., tras la muerte de Cleopatra, cuenta Suetonio que hizo sacar de su sepulcro el sarcófago de Alejandro Magno, al que homenajeó colocándole una corona de oro y cubriéndole de flores.
Construyó un templo en honor Júpiter Tonante por “haberle salvado del peligro cuando, durante una marcha nocturna en su expedición contra los cántabros, un rayo pasó rozando su litera y mató al esclavo que le precedía para alumbrarle”. Y es que, según Suetonio, esta experiencia le traumatizó. “Sentía un temor un tanto enfermizo por los truenos y los rayos, hasta el extremo de que, para protegerse, llevaba siempre consigo a todas partes una piel de foca, retirándose, a la menor sospecha de tormenta, a algún lugar recóndito y abovedado”.
Dos noticias dejan de manifiesto la crueldad de Augusto. En una ocasión “hizo vender en publica subasta a un caballero romano junto con sus bienes por haber amputado a sus dos jóvenes hijos los dedos pulgares para evitar su alistamiento”. En otra, alguien se acercó a saludarle y Augusto, pensando que escondía una espada, lo hizo torturar, le sacó los ojos con sus propias manos y ordenó que lo mataran.
Según Suetonio, Augusto no adornaba sus casas de campo con grandes lujos, prefería hacerlo con objetos antiguos o raros “como los restos colosales de enormes monstruos y animales salvajes que se conservan en Capri y que se conocen con el nombre de “huesos de los gigantes” y “armas de los héroes”.
Augusto, a raíz de sus vidas llenas de vicios y excesos, exilió a su hija y a su nieta, Julia la Mayor y Julia la Menor, a pequeñas islas italianas. Cuenta Dion Casio que también fueron desterrados a islas algunos de los numerosos amantes de su hija.
”Según dicen, tenía el cuerpo cubierto de manchas, de señales de nacimiento diseminadas por su pecho y vientre en la forma, orden y numero de la constelación de la Osa, pero también de ciertas callosidades que se le habían desarrollado en varias partes hasta formar impétigo...”.
Se sabe que compuso varias obras como “Respuestas a Bruto a propósito de Catón”, “Exhortaciones a la filosofía”, unas memorias sobre su vida, así como obras en verso y una tragedia, que destruyó al no estar contento con su estilo.
Durante su largo reinado extendió las fronteras del Imperio. Después de casi doscientos años acabó la conquista de Hispania. También envió expediciones a lugares tan remotos como Etiopía y al sur de Arabia, la Arabia Felix, actual Yemen, como se nos cuenta en las Res Gestae y en la Geografía de Estrabón.
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