miércoles, 16 de junio de 2021

1822, LA INVASIÓN CHILENA DE MÉXICO.

Son muchas las expediciones y las batallas libradas durante las guerras de independencia de las jóvenes repúblicas americanas, pero aún existen algunos de estos hechos casi desconocidos, como son los ataques chilenos a algunos pueblos de la Baja California. 

El 18 de octubre de 1821 la flota chilena, comandada por el escocés Thomas Cochrane, que había participado en le Expedición Libertadora del Perú, se encontraba persiguiendo a dos barcos españoles, el “Prueba” y el “Venganza”, que navegaban hacia el norte desde aguas peruanas. La escuadra chilena recaló en Guayaquil, independiente desde el año anterior, donde permanecieron algunas semanas haciendo reparaciones de emergencia, hasta que reanudaron su viaje el 3 de diciembre. Según las “Memorias” de Cochrane, dos días después hicieron escala en Salango, el 11 llegaron a la Isla del Coco. Desde allí, Cochrane envió a una de sus naves, el “Araucano”, comandada por Robert Simpson, a Acapulco, con el fin de interceptar alguna nave española. Mientras, el resto de la flota avistó la costa el día 14, llegando el 19 al Golfo de Fonseca, donde hicieron reparaciones y se aprovisionaron. Allí se le encargó al “Independencia” que inspeccionara varios puertos de las actuales Nicaragua y El Salvador. Posteriormente, la flota se dirigió al Golfo de Tehuantepec, donde arribó el 6 de enero de 1822. 

Entretanto, el “Araucano” llegó a Acapulco a finales de diciembre. Allí, pese a que ondeaba la bandera mexicana, Simpson fue capturado al desembarcar, mientras que el “Araucano” fue obligado a entrar a puerto. A continuación, conocedor el gobernador del Fuerte de San Diego de que esa nave solo era una avanzadilla de la flota chilena, decidió liberar a Simpson, el cual pudo salir del puerto con su nave. Poco después, el 29 de enero, toda la flota chilena se reencontró frente a Acapulco, donde se les permitió entrar. Posteriormente, se les unió el “Mercedes”, otra nave chilena, que había estado reconociendo los puertos panameños en busca del enemigo. 

En Acapulco Cochrane recibió noticias de que las naves españolas navegaban hacia el sur, entonces envió al “Independencia” y al “Araucano”, comandados por Wilkinson, al Golfo de California a aprovisionarse y a buscar a un buque español que podría estar en San Blas. Mientras, el resto de la flota regresaría hacia el sur, llegando a Guayaquil el 13 de marzo, donde encontraron al navío “Venganza”, pero esa es otra historia. 

Entretanto, el “Independencia” y el “Araucano” arribaron a las Islas Tres Marías. Allí las naves se separaron, el “Araucano” fue a Loreto, en la Baja California, a comprar ganado y el “Independencia” a la misión de San José del Cabo, al sur de esta península. En este lugar, el 17 de febrero, el “Independencia”, haciéndose pasar por un barco inglés, consiguió capturar la nave española “San Francisco Javier”, según cuenta el Teniente Vowell en sus “Memorias”. A continuación, las tropas del “Independencia” desembarcaron en San José, aún fiel a España, y tomaron el pueblo, saqueándolo según algunos documentos. Después, tanto el barco español como el pueblo fueron liberados y los chilenos se dedicaron a aprovisionarse de ganado y harina. 

Desde allí Wilkinson envió una pequeña tropa al mando del Teniente Campbell a Todos Santos, donde habían oído que se encontraba un barco español, el cual consiguieron echar a pique, pero poco después la población del lugar acabó con la vida de Campbell, siendo el resto de sus compañeros muertos o capturados y llevados a las minas de San Antonio. 

Enterado de esto, Wilkinson envió al Teniente Monroy a parlamentar con las autoridades del lugar, pero también fue apresado. En ese momento llegó el Padre Superior de las Misiones del Sur de California, el cual hizo liberar a los marineros. A continuación, el Padre Superior, convencido por la presencia de la escuadra chilena de que la causa realista estaba perdida, les invitó a presenciar la lectura de la Declaración de Independencia. Según otras versiones, los corsarios o piratas chilenos, como son llamados por parte de la historiografía, habrían obligado a las autoridades del lugar a declarar la independencia. Otros interpretan que las autoridades locales, aún leales a España, simularon esta declaración para así alejar el peligro chileno. Sea como fuera, según Vowell, la tripulación del “Independencia” participó en las celebraciones posteriores. 

Tras esto, Wilkinson, que no tenía noticias del “Araucano” envió al Teniente Vowell por tierra para que los buscara por todos los puertos de la región. En su camino, cerca de San Antonio, Vowell se encontró con un mensajero del “Araucano” que le contó que había tenido lugar un motín a bordo y parte de los marineros habían sido dejados en tierra, donde estaban siendo atacados por los naturales del lugar. Mientras Vowell regresaba a San José para comunicar esto, llegaron a este pueblo en un pequeño bote el Capitán Simpson y algunos de sus hombres desde Loreto. 

Por lo que sabemos el “Araucano” llegó a Loreto hacia mediados de febrero, quizás, después de visitar otros puertos. La presencia del buque chileno hizo que el Gobernador de la Baja California, José Darío Argüello, huyera hacia el interior junto a otros notables de Loreto. Entonces tomó el mando José María Mata, comandante de la guarnición, que recibió a Simpson y permitió a los chilenos adquirir reses y les cedió un lugar donde preparar la carne. Mientras algunos harían esto, el resto fue a Guaymas a comprar harina. Según algunos datos, en Guaymas los chilenos planearon robar la harina si no se les vendía, aunque al final no fue necesario emplear la fuerza. 

No sabemos en que momento exacto el “Araucano” regresó a Loreto, pero en ese momento o quizás antes, los marineros asaltaron el pueblo y saquearon, entre otras, la iglesia, donde robaron las joyas de la virgen. Mata, junto a algunos voluntarios, se vio obligado a atacarlos y a pedir refuerzos a Argüello para defender el lugar. Entonces, la parte inglesa de la tripulación se amotinó, zarpó y poco después abandonó a algunos chilenos en Puerto Escondido. Lo último que sabemos de “Araucano” es que se dirigió a la Polinesia, hundiéndose finalmente en Tahití. 

Mientras, los que quedaron en Loreto fueron vencidos por Mata, que recuperó parte del botín y consiguió acorralarlos en la misión. Simpson logró enviar un emisario, que se encontró con Vowell como dijimos, y después, el mismo tomó un pequeño bote y fue a pedir auxilio a San José. Simpson y unos cuantos hombres quedaron en este lugar mientras el resto zarpó hacia Loreto. 

El 4 de marzo llegó Wilkinson con el “Independencia” a Loreto, ante lo cual Mata no tuvo más remedio que permitir a la tripulación del “Araucano” embarcar, no sin antes hacerles devolver el resto del botín. Tres días después, quizás influido por la presencia chilena, Mata declaró la independencia. Según algunas cartas, fueron los chilenos los que instigaron a las autoridades locales a que enarbolaran la bandera mexicana y juraran la independencia. 

A continuación, los chilenos fueron a Guaymas a comprar suministros. Tiempo después, apareció en Loreto un bote con Simpson y algunos chilenos que fueron recibidos por Mata y sus hombres. Poco después, el “Independencia” regresó y recogió a Simpson y emprendió el viaje de regreso a Guayaquil, pero un pequeño grupo de hombres quedó en tierra y se acogió a la protección de las autoridades locales, que los envió a Guaymas. 

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