Provista de carbon y lista del todo la “Independencia” el dia 26, esperé que el “Huascar” concluyese de tomar el combustible que necesitaba y habiendo terminado esa faena el 29 de Abril, zarpamos ese mismo dia á las 7 h. 30 m. P. M., recibiendo yo préviamente órden del Señor Comandante General de que la “Independencia” llevase siempre la derrota, navegase solo á dos calderas é hiciese rumbo á Maldonado, en el Rio de la Plata. La escala que se me prescribia, ademas de hallarse expresamente prohibida en las instrucciones que recibimos del Plenipotenciario de la República en Londres, era del todo innecesaria y dilatoria desde que llevabamos un trasporte que debia darnos carbon en el estrecho de Magallanes; pero parece que tenia por objeto, valiéndome de la expresion del Señor Comandante General-”tomar lenguas.”
La omision de una formalidad de etiqueta al zarpar de Rio Janeiro, nos ocasionó un lance desagradable. Pocas horas antes de levar anclas indiqué personalmente al Señor Comandante General la necesidad de hacer saber á la autoridad marítima de la plaza, por medio de un oficial de órdenes, nuestra próxima marcha, aviso tanto mas conveniente cuanto que la salida de los blindados iba a efectuarse en la noche: pasé por el sentimiento de que el referido gefe me contestase que tal cosa era innecesaria. Emprendido nuestro movimiento y hallándonos al frente de las fortalezas de la entrada, la mas próxima de estas, llamada de Santa Cruz, hizo un disparo á pólvora sobre nosotros indudablemente con el objeto de que nos detuviésemos. Como no lo hiciéramos lanzó un segundo á bala rasa y luego un tercero y un cuarto, acompañados éstos de cohetes de señales á los fuertes vecinos, que contestaron del mismo modo. En presencia de tan brusco ataque ordené se tocase zafarrancho de combate, esperando luego órdenes superiores. Paró entonces su máquina el “Huascar” é hizo lo mismo la “Independencia” que lo seguia: el primero mandó un bote á tierra con un oficial que esplicase nuestro carácter y vuelto este abordo seguimos noestra marcha. Dejo á la apreciacion de US. la alarma que produciria ese suceso en un puerto tan concurrido como aquel-y las consecuencias fatales que para nosotros pudieron tener lugar.
Parte oficial que presenta al Supremo Gobierno del Perú, el Capitán de fragata D. Aurelio García y García, 1866, pp. 10-11.
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