martes, 8 de marzo de 2022

1816-1817, EL PLAN ARGENTINO PARA CONQUISTAR PARAGUAY

De la convulsa historia de los primeros años de existencia de la Argentina y del Paraguay independientes es mucho lo que se ha dicho, pero es poco conocido el plan argentino para invadir el territorio paraguayo. Las ansias porteñas por volver a reunir todos los antiguos territorios del Virreinato del Río de la Plata alcanzaron en 1816, tras la fracasada expedición de Belgrano, un nuevo punto álgido con los planes del Director Supremo de las Provincias Unidas, Juan Martín de Pueyrredón, para conquistar Paraguay, por entonces bajo la égida de José Gaspar Rodríguez de Francia. 

En algún momento de otoño de 1816 Pueyrredón contactó con el porteño Manuel José de Olavarrieta para obtener información sobre Paraguay. Este Olavarrieta, comerciante de profesión, había residido durante un tiempo en Paraguay, donde había tenido problemas por maltratar a un esclavo negro y donde había conocido a Francia, por lo que podría aportar importante información a Pueyrredón. En cambio, algunos historiadores apunta que fue Olavarrieta el que, por su odio a Francia, se ofreció a Pueyrredón para conspirar contra el Dictador de Paraguay. 

Sea como fuere, a partir de noviembre Olavarrieta comenzó a enviar a Pueyrredón una serie de informes sobre Paraguay y sobre como habría que proceder para tomar aquel país. En la primera de estas cartas decía: “... aquella provincia, en lo general, debe mirarse en su estado actual como una colonia europea y su jefe como uno de los virreyes opresores de la libertad americana”. Además, pintaba a Francia como a un hombre paranoico de ambición desmedida y afecto a españoles y portugueses. Más adelante, Olavarrieta afirmaba que Francia en una ocasión le contó que, en caso de caer en desgracia, tenía preparados barcos con los que huir a territorios portugueses con un millón y medio de pesos. 

A continuación, Olavarrieta proponía algunas medidas para hacer caer a Francia, como “cerrar el puerto y toda comunicación con el Paraguay”, embargar los bienes de los residentes en aquel país que hubiera en las Provincias Unidas o capturar cualquier buque que lleve frutos de Paraguay. Seguidamente decía Olavarrieta: “las circunstancias exigen imperiosamente que se declare la guerra al dictador del Paraguay”. Según la lógica de Olavarrieta, la declaración de guerra unida a las medidas de “embargo económico” harían que Francia perdiera apoyos, lo que desencadenaría, con apoyo porteño, su derrocamiento. 

Pensaba Olavarrieta que, tras la caída de Francia, Paraguay debería ser ocupado por tropas de las Provincias Unidas y colocar un gobierno títere para reducir a la obediencia a los paraguayos que estuvieran poco inclinados a la unión con Buenos Aires. Por último, Olavarrieta comunicaba a Pueyrredón que se trasladaría a Corrientes, desde donde comenzaría a fraguar la conspiración contra Francia. 

Tras algunas cartas más y reuniones con Pueyrredón, Olavarrieta desapareció de escena. La siguiente noticia que tenemos sobre él es sorprendente, pues había sido detenido y condenado a muerte en agosto de 1818 por conspirar contra Pueyrredón. Sin embargo, esta sentencia fue conmutada por el Congreso Nacional en diciembre. 

Pero los planes de Pueyrredón no se limitaron a sus contactos con Olavarrieta. De 1817 data un documento redactado por el mismo Pueyrredón en el que se esbozaban sus propósitos. En este documento, titulado “Proyecto para pacificar Santa Fe, dominar Entre Ríos y Corrientes y subyugar el Paraguay” el Director Supremo ponía de manifiesto sus intenciones. 

Pueyrredón pretendía, primero, mediante propaganda y, segundo, mediante las armas, separar Santa Fe y Entre Ríos de la Liga de los Pueblos Libres. A continuación, pasaría a Corrientes, a cuyas tropas incorporaría a su ejército. Seguidamente, en palabras de Pueyrredón, “aquí pues, es donde se presenta el campo más hermoso y fácil de escoger el mejor fruto de todo el trabajo, subyugando la rebelde provincia del Paraguay”. Según el Director Supremo, con su ejército de 5.000 hombres Paraguay “se sometería sin disparar un tiro”. 

Pueyrredón planeaba penetrar en Paraguay por el río y desembarcar en Villeta o Asunción. De Paraguay pretendía el porteño obtener grandes sumas de dinero de sus arcas, así como incorporar a su ejército 3 o 4.000 paraguayos, para destinarlos, al menos en parte, al ejército de Perú. Además, con esta acción, el Director Supremo pretendía escarmentar a los demás pueblos que disintieran de la política porteña. 

Para llevar a cabo estos planes Pueyrredón envió a Paraguay a un tal Balta Bargas para que preparará el movimiento subversivo en el interior del país. Sin embargo, su misión tuvo poco éxito y fue encarcelado y tal vez fusilado por Francia, que años después escribiría: “anteriormente por medio de Balta Bargas, el porteño Olavarrieta y otros maquinaron una conspiración para destruir el Gobierno...”. 

Así, debido a la caída de Olavarrieta y de Bargas y al contexto político-militar posterior, Pueyrredón abandonó su proyecto de invadir Paraguay y de reincorporar ese territorio a las Provincias Unidas del Río de la Plata.

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