Aunque pudiera pensarse que Venezuela estuvo alejada de los campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que su riqueza petrolífera hizo que la guerra llegara hasta sus mismísimas fronteras.
La primera noticia que tenemos sobre Venezuela y la Segunda Guerra Mundial es del 4 de septiembre de 1939, poco después del comienzo del conflicto, cuando el presidente Eleazar López decretó la neutralidad de su país.
La siguiente noticia destacable sobre Venezuela en este periodo es de junio de 1940, cuando un mercante italiano fue atacado en el Golfo de Venezuela por un buque francés, por lo que el gobierno protestó. Poco después la tripulación de otra nave de la Italia fascista encalló e incendió su propio barco en la Barra de Maracaibo para evitar que fuera capturado.
Meses más tarde, en marzo de 1941, tres barcos italianos refugiados en Puerto Cabello fueron incendiados por sus tripulaciones ante el temor de que fueran incautados por las autoridades venezolanas. Igual suerte corrió el barco alemán Sesostris internado en aquel puerto, mientras que otros dos barcos, uno italiano y otro alemán, no sufrieron daños. Tiempo después serían incautados, reflotados y vendidos.
En junio tenemos noticias sobre un barco finlandés que, perseguido por un buque británico, se refugió en Venezuela.
El 9 de diciembre, tras el ataque japonés a Pearl Harbor del día 7, el nuevo presidente venezolano, Isaías Medina, se dirigió a la nación y condenó el ataque. Asimismo se autorizó el uso del espacio aéreo y de los puertos venezolanos a los aviones y barcos estadounidenses. En este mismo año Estados Unidos creó, dentro del Comando de Defensa del Caribe, el “Sector Trinidad”, en el que se englobaban Venezuela, las Guayanas, Trinidad y las Antillas Holandesas.
El 31 de diciembre el Gobierno de Venezuela rompió relaciones con los países del Eje. Poco después, en enero de 1942, durante la Conferencia de Río de Janeiro, Venezuela y otros países propusieron que todas las naciones del continente rompieran relaciones con las potencias del Eje.
Por un Acuerdo firmado el 15 de enero entre Venezuela y Estados Unidos para proteger las instalaciones petroleras se colocaron en Puerto La Cruz y Las Piedras baterías que fueron operadas por tropas estadounidenses de la VELLUM FORCE. También se dio permiso a los estadounidenses para usar ciertos aeródromos venezolanos desde los que sus aviones pudieran perseguir a los submarinos del Eje. Asimismo, hay noticias sobre la colocación de minas entre Venezuela y Trinidad para cerrar la navegación en el Golfo de Paria.
En estas fechas el Gobierno venezolano comenzó a fiscalizar el movimiento de los fondos pertenecientes a súbditos del Eje; liquidó o expropió empresas comerciales, industriales y de transporte pertenecientes a ellos. Igualmente, ante el peligro de una “Quinta Columna”, se dictaron disposiciones para vigilar y refrenar actividades de personas extranjeras o nacionales que pudiesen poner en peligro la seguridad de cualquier país americano, lo que derivó, como en otros países de la región, en la detención, internación y deportación de ciudadanos alemanes, italianos y japoneses.
En febrero, pese a las reticencias iniciales venezolanas, Estados Unidos, el gobierno neerlandés en el exilio y Venezuela, llegaron a un acuerdo para la defensa conjunta de Curaçao y Aruba, donde se refinaba el petróleo venezolano.
En marzo, Venezuela y los Estados Unidos firmaron un Acuerdo de Ayuda Mutua para la Prosecución de la Guerra por el cual los norteamericanos establecían las condiciones de pago del material de defensa que el ejército venezolano adquiriera. Ese mes la revista Life publicó un supuesto plan alemán para invadir Estados Unidos a través de Sudamérica y las costas venezolanas.
En aquel tiempo, Gran Bretaña transfirió a Venezuela la pequeña Isla de Patos, en el Golfo de Paria, la cual también fue artillada por los Estados Unidos y entró a formar parte del sistema de defensa anti-submarinos. Sin embargo, esto no impidió que entre 1942 y 1944, en varias oleadas, los submarinos nazis hundieran en aguas venezolanas decenas de barcos de varias nacionalidades, sobre todo mercantes y petroleros, vitales estos para los aliados.
El 16 de febrero, durante la conocida como Operación Neuland, una primera oleada de submarinos nazis llevaron a cabo un ataque a gran escala en aguas venezolanas y de las Antillas Holandesas. Con el objetivo de dañar la industria petrolera fueron atacadas las refinerías de Curaçao y Aruba y varios barcos, entre ellos el petrolero Monagas, de bandera venezolana. Este buque, con una mayoría de tripulación venezolana, fue torpedeado por el U-502 y se hundió frente a la península de Paraguaná con varios marineros. En el rescate de los náufragos participó otro barco venezolano, el cañonero General Urdaneta.
Durante la segunda oleada de ataques podemos citar varios hundimientos: el 17 de abril fue hundido el petrolero Heinrich von Riedemann panameño que había salido de La Guaira. Poco después, el 29, el Harry G. Seidel panameño que se dirigía a Caripito fue hundido por el U-66 cerca del archipiélago de Los Testigos. El 14 de mayo el Brabant belga, junto a 21 de sus tripulantes, fue hundido al noreste de Los Testigos. El 9 de junio el Bruxelles belga y el Franklin K. Lane estadounidense fueron hundidos entre Maiquetía y Gran Roque.
El 19 de agosto, durante la tercera oleada, fue hundido el barco de pasajeros británico Sea Gull D., consiguiendo varios de los supervivientes llegar a Puerto Cabello.
Durante la cuarta oleada los ataques se concentraron en la zona comprendida entre Trinidad y la Guayana Británica. El 24 de septiembre, al noreste de Isla Corocoro fue hundido el mercante estadounidense Antinous. Poco después, el 28, el Alcoa Mariner fue hundido al noreste de la desembocadura del Orinoco. El 7 de noviembre el mercante británico Lindenhall fue hundido junto 43 de sus tripulantes al noreste de Isla de Margarita. El 27, frente al delta del Orinoco, el ataque al mercante Clan Macfadyen se cobró 82 vidas.
A partir de esta fecha los ataques se redujeron, pero tenemos noticias de que durante la quinta oleada el petrolero holandés Rosalia que navegaba desde Maracaibo a Curaçao fue hundido por el U-615 el 23 de julio de 1943. Este submarino fue a su vez hundido por aviones estadounidenses en agosto, al norte de la Isla de la Blanquilla, no sin antes abatir una de las aeronaves.
Más tarde en 1944 todavía se produjeron ataques, como en el que fue hundido el Casandra el 11 de junio, un petrolero que se dirigía de Maracaibo a Curaçao.
En este año se produjeron dos incidentes entre los Aliados y Venezuela. En mayo el cañonero General Soublette fue atacado por accidente por los estadounidenses. En junio aviones estadounidenses bombardearon la Isla de Patos durante un ejercicio militar.
Pero no solo en aguas venezolanas la Segunda Guerra Mundial afectó al país sudamericano. El 15 de febrero 1942 el mercante brasileño Buarque, con varias victimas venezolanas, fue hundido frente a las costas de Virginia. Un mes más tarde el petrolero venezolano Catatumbo salvó la vida de varios náufragos norteamericanos cuyo barco había sido hundido frente a las costas de Carolina del Norte.
Mientras la guerra submarina golpeaba a Venezuela, su actividad diplomática no cesaba. En noviembre de 1942 Venezuela rompió relaciones con la Francia de Vichy, lo que contrasta con el Convenio Comercial firmado en septiembre con la España franquista, país que mantenía estrechos lazos con las potencias del Eje. Tras la firma de este Convenio, comenzó a llegar a España el combustible venezolano, el cual era, según la prensa del exilio español en México, entregado a Hitler en secreto.
A principios de 1943 Venezuela reconoció al gobierno checoslovaco en el exilio. Durante ese año el gobierno venezolano y el estadounidense firmaron varios acuerdos para abastecer a los Aliados de ciertos suministros esenciales y materias estratégicas para la guerra, como cinchona, diamantes, caucho, café y alimentos.
En septiembre de 1944 los alemanes fusilaron en el norte de Italia el prelado venezolano Salvador Montes de Oca. Aquel asesinato, junto a las presiones norteamericanas, llevaron a las autoridades venezolanas a declarar a mediados de febrero de 1945 la guerra a la Alemania nazi y al Imperio del Japón. Poco antes, el 10 de febrero, el cónsul honorario de Venezuela en Manila, Alberto Delfino, fue asesinado junto a su familia por las tropas japonesas, lo que provocó la protesta venezolana en abril.
Finalmente, el 8 de mayo de 1945, un día después de la rendición alemana, el presidente Medina declaró “día de fiesta oficial en todo el territorio de la República”.
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