De la larga historia de Uruguay aún hay hechos y eventos poco conocidos, como son los desembarcos estadounidenses y de otras naciones que se produjeron en Montevideo a mediados del siglo XIX.
En agosto del año 1855 se produjo en Montevideo la Rebelión de los Conservadores contra el gobierno de Venancio Flores, y pese a los reclamos gubernamentales de ayuda a las tropas brasileñas que se encontraban en el país desde el año anterior, estas no intervinieron. Como la situación era delicada por el avance de los conservadores, el 28 de agosto de 1855 los Marines de la corbeta Germantown desembarcaron para proteger las propiedades y las vidas norteamericanas, regresando a su nave el día siguiente, cuando la situación se sosegó.
Meses más tarde, una vez que Venancio Flores había dejado el cargo y Manuel Basilio Bustamante ejercía la presidencia interina del país tuvo lugar otro alzamiento conservador encabezado por José María Muñoz, Fernando Torres y Eduardo Bertran. Enseguida se sucedieron los enfrentamientos entre las fuerzas rebeldes y las fuerzas gubernamentales que sumió a Montevideo en la violencia durante tres días. El mismo día que estalló todo, el 25 de noviembre, los Marines y marineros del Germantown, al mando del teniente Nicholson, junto a fuerzas de Francia, España e Inglaterra, volvieron a desembarcar en Montevideo para custodiar los consulados de esas naciones y la aduana. Dos días después, Nicholson y sus Marines, con algunos refuerzos, impidieron la masacre de un grupo de insurgentes que ya se habían rendido a las tropas gubernamentales. Las fuerzas estadounidenses permanecieron en tierra hasta el día 30, cuando la situación se tranquilizó.
A finales de 1857 tuvo lugar un nuevo alzamiento conservador, esta vez contra el presidente Pereira. Días después, en enero, el militar César Díaz intentó tomar Montevideo sin éxito. El 2 de enero, un destacamento de Marines de la fragata St. Lawrence y de la corbeta Falmouth al mando del Comandante French Forrest desembarcaron en Montevideo, y junto a fuerzas británicas, protegieron los consulados de ambas naciones, la aduana, así como las propiedades y las vidas de sus nacionales. Los Marines permanecieron en suelo uruguayo hasta el día 27 de ese mes.
Diez años después, en 1868, los sucesos internos de Uruguay provocaron nuevos desembarcos extranjeros. El Coronel Fortunato Flores, al mando del Batallón “Libertad”, junto a su hermano Eduardo, hijos del Gobernador Provisorio Venancio Flores, se alzaron contra el gobierno de su padre. Las autoridades uruguayas, temerosas, pidieron ayuda al cónsul estadounidense, James D. Long, para que les protegiera. El 7 de febrero Marines y marineros de los navíos Guerriere, Quinnebaug, Shamokin, Wasp y Kansas desembarcaron en Montevideo por el requerimiento uruguayo, así como para proteger la aduana, bancos y otros intereses extranjeros. En esta ocasión también desembarcaron fuerzas de Brasil, Francia, Gran Bretaña, Italia y España, creando una fuerza combinada comandada por Almirante italiano Amilcare Anguissola. Horas más tarde, cuando la situación en Montevideo se tranquilizó, las fuerzas extrajeras se retiraron.
Poco después, el 19 de febrero, el expresidente Bernardo Berro y la facción de los blancos se alzaron y tomaron varios edificios gubernamentales. Ese mismo día fue asesinado Venancio Flores y como represalia también fue muerto su rival, Bernardo Berro. Debido al caos que se produjo en Montevideo, Marines y marineros del Kansas y del Wasp volvieron a desembarcar en Montevideo para proteger la aduana y a los residentes extranjeros. Allí permanecieron hasta el día 27, cuando el presidente provisional, Pedro Varela, les requirió su marcha.
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