La actual Afganistán está formada, a grandes rasgos, por partes de los antiguos territorios persas de la Bactriana, la Margiana, la Aria, la Drangiana, la Aracosia, Parapamisos y Ghandara, los cuales fueron conquistados por Alejandro Magno entre los años 330 y 327 a. C. aproximadamente. Tras la muerte del macedonio, sus generales se repartieron las antiguas satrapías persas, aunque poco después, los territorios afganos pasaron a depender de la dinastía de los seléucidas.
Años después, parte de estos territorios fueron anexionados por los Maurya de la India. A continuación, el reino greco-bactriano, que se había independizado del Imperio Seléucida, reconquistó estos territorios. Más tarde, ante la presión de los pueblos nómadas, los griegos avanzaron hacia el noroeste de la India y crearon los reinos indo-griegos.
Finalmente, los griegos sucumbieron a los partos, a los indo-partos, a los indo-escitas y a los kushan, sin embargo, el influjo heleno permaneció en la cultura y el arte durante mucho tiempo, cómo podemos observar en las miles de esculturas greco-budistas de Hadda. Durante este tiempo, en el que Afganistán formó parte del mundo helenístico, fueron fundadas o refundadas varias ciudades que actualmente han caído en el olvido y de las que hablaremos a continuación.
La primera ciudad de la que hablaremos, Ai Khanoum, es un yacimiento situado al noreste de Afganistán, en la frontera afgano-tayika, en territorio de la antigua Bactriana. Fue redescubierta a principios de los sesenta y excavada durante varios años por un equipo francés que desenterró increíbles tesoros. Ai Khanoum, como el resto de ciudades griegas en la región, fue habitada por población autóctona, veteranos de los ejércitos macedonios y colonos llegados desde Grecia.
Ai Khanoum es la ciudad griega de Afganistán mejor conocida, aunque paradójicamente no sabemos su antiguo nombre con seguridad. Sin embargo, muchos historiadores creen que Ai Khanoum es la Alejandría Oxiana mencionada por Claudio Ptolomeo, otros piensan que pudo tener otro nombre o haber cambiado de denominación a lo largo de su historia. Pudo así, según se cree, haberse llamado Dionisiopolis o Diodoteia. También se ha propuesto que Ai Khanoum pudo ser la capital del rey greco-bactriano Eucrátides, quien la rebautizó como Eucratideia, nombre mencionado por Estrabón.
Tampoco está claro cuando se fundó la ciudad. Todo indica que Ai Khanoum ya existía en época persa y que Alejandro durante sus campañas creó el primer asentamiento griego. Poco después la ciudad al parecer fue destruida y vuelta a levantar en época seléucida por un tal Kineas. Más adelante es posible que la ciudad se viera inmersa en el conflicto entre los seléucidas y los greco-bactrianos. Por último, antes de ser destruida y ocupada por los nómadas, Ai Khanoum tuvo un nuevo apogeo bajo el rey Eucrátides.
Ai Khanoum, encerrada entre la confluencia de dos ríos y una sólida muralla, contaba con todos los elementos de una ciudad griega, entre los que podemos citar un gimnasio, unos propileos, templos, un complejo palacial, un arsenal, una acrópolis y un gran teatro, único en la región. También se han encontrado sistemas de irrigación e incluso es posible que la ciudad albergara una ceca, lo que demostraría su importancia.
En este yacimiento se han encontrado un gran número de monedas, estatuas, mosaicos, objetos cerámicos, relojes de sol, una armadura de catafracto y algunas inscripciones en griego, arameo y una en una lengua desconocida. Otro hallazgo muy importante aparecido en las excavaciones de Ai Khanoum es la impronta de un papiro que se cree que contendría un fragmento de una obra perdida de Aristóteles, el Peri Philosophias.
La siguiente ciudad de la que hablaremos es de Bactria, actual Balkh, al oeste de Ai Khanoum. Esta ciudad, tras ser tomada por Alejandro es posible que cambiara su nombre por el de Alejandría Bactra. Después de varias décadas en poder de los seléucidas, la Bactria helenística fue capital del poderoso reino greco-bactriano hasta que, hacia el año 145 a. C., junto con Ai Khanoum y la mayor parte de Afganistán, fue conquistada por los nómadas yue-chi, algo que Estrabón recuerda cuando dice que: “los nómadas (…) arrebataron la Bactriana a los griegos,...”. También en la Bactriana estarían las ciudades de Amphipolis y Roithia.
El resto de ciudades griegas de Afganistán son de difícil localización ya que apenas se han excavado los yacimientos. Este es el ejemplo de la Alejandría en el Cáucaso que Alejandro, según Arriano, fundó en la cordillera del Hindu Kush. Algunos autores la localizan en Bamiyán, Parwan, Ghazni o Kandahar. También ha sido identificada con la Alejandría en Opiana y con la Alejandría en Parapamisos de algunas fuentes, así como con la Kapisa posterior. Sin embargo, la mayoría de historiadores sitúa esta ciudad en la moderna Bagram, al norte de Kabul, o bien en algún lugar cercano. En Bagram se han encontrado magníficos vasos de vidrio pintado de origen romano, lo que demostraría hasta donde se extendían las redes comerciales de la Antigüedad. En Bagram o Bamiyán también se suele situar la Tetragonis mencionada por Plinio el Viejo. Igualmente Plinio cita Cadrusos, ciudad fundada por Alejandro en el Cáucaso.
En los alrededores o en la misma Kabul se suele situar Nicea, ciudad solo mencionada por Arriano en su Anábasis. También al este de Kabul, cerca de Jalalabad, se supone que estaría la ciudad de Nagara, en la cual habría habido una importante ceca del periodo indo-griego. Al sur de Kabul, en la actual Gardez, los historiadores creen que se situó una ciudad que fue importante en época indo-griega, llegando a albergar una ceca.
Al suroeste de Kabul, en la actual Ghazni, algunos sitúan la Alejandría en Opiana, y a unos 350 kilómetros de esta estaría la Alejandría de Aracosia o Alejandropolis, que la mayoría de historiadores localizan en la ciudad vieja de Kandahar, aunque otros lo hacen en Ghazni.
Una inscripción griega hallada en Kandahar que menciona a Alejandro hace pensar que hubo una colonia griega en el lugar. En Kandahar también se encontraron dos inscripciones del emperador indio Asoka que, junto a otras tres halladas en otros puntos de Afganistán, demostrarían que al menos la mitad sur del país fue cedida por los seléucidas al Imperio Maurya. También en la región de Aracosia estaría Demetrias, mencionada por Isidoro de Cárax.
De la siguiente ciudad, la Alejandría en Sakastene, apenas tenemos datos. Según algunos autores estaría situada en Zaranj, en la frontera afgano-iraní, o en Kandahar. En la misma zona, en la Drangiana, estaría la Alejandría Prophthasia, ciudad refundada por Alejandro según Esteban de Bizancio y que se situaría en la moderna Farah, en Zaranj o más al este, en la región de Nad-e Ali.
Al norte de estas ciudades estaría la Alejandría de Aria o Alejandría de los Arios, como la llama Plinio. A esta ciudad generalmente se la sitúa en la moderna Herat, pero hay quien la localiza más al este, en Obe. Igualmente en Aria sitúa Estrabón otras dos ciudades, Artacena y Acaya. Quizás esta última sea la Heraclea que Plinio dice que fundó Alejandro, que fue destruida y reconstruida por Antíoco con el nombre de Acaya. Y por último, también en Aria sitúa Amiano Marcelino las ciudades de Soteira y de Nísibis.
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