De los hechos más o menos conocidos sobre este emperador, a continuación mencionaremos algunos que en ocasiones pasan desapercibidos.
Cuenta Suetonio que en su juventud Tiberio sentía gran apego al vino, tanto que en lugar de Tiberio le llamaban, entre otros apodos, 'Biberio', algo así como borracho.
Tácito y Suetonio nos cuentan que, Tiberio, para escapar de su mujer, Julia la Mayor, hija de Augusto, que le desdeñaba y le era infiel, se retiró a la isla de Rodas. Según otra versión que estos mismos autores nos dan, el autoexilio en Rodas se debió a los celos que Tiberio sentía hacia los herederos de Augusto. En esta isla permaneció Tiberio varios años, de forma voluntaria al principio, casi obligado al final.
Tras la desaparición temprana de sus dos nietos y sucesores, Augusto nombró en el año 4 d. C. como nuevos sucesores a su otro nieto, Agripa Póstumo, y a su hijastro, Tiberio, a los cuales también adoptó. A su vez, Tiberio se vio obligado a adoptar a su sobrino Germánico.
Tiberio, ya siendo emperador, prohibió los besos como forma de saludo, quizás debido a alguna epidemia, algo que parece confirmar Plinio el Viejo en su Historia Natural. Según este autor, por aquella época una enfermedad llegó a Italia y atacó incluso al mismo Tiberio.
Tiberio “reprimió los cultos extranjeros, los ritos egipcios y los judíos. […] So pretexto del servicio militar, repartió a la juventud judía en provincias de clima muy riguroso, y a los demás individuos de este pueblo o seguidores de cultos similares los expulsó de Roma, bajo pena de esclavitud perpetua si no obedecían”. Cuenta Tácito que 4.000 libertos simpatizantes del judaísmo fueron llevados a Cerdeña para reprimir el bandolerismo.
En el año 26 Tiberio decidió retirarse a la isla de Capri desde donde gobernó el Imperio hasta su muerte. El emperador se instaló en una gran residencia, 'Villa Jovis', donde se rodeó de sus familiares y colaboradores más cercanos.
Nos hablan Tácito y Suetonio sobre las depravaciones y los vicios de Tiberio en Capri. El Emperador ideó unos aposentos adornados con estatuas y cuadros lascivos, sede de obscenidades secretas, donde grupos de muchachas y jóvenes llevaban a cabo todo tipo de actos impúdicos.
Durante su reinado, en el año 27, tuvo lugar un hecho horrible en la ciudad de Fidenas, al norte de Roma. Murieron 20.000 personas al hundirse el anfiteatro en el que presenciaban un espectáculo de gladiadores. Tácito cuenta que el desastre se debió a la mala construcción de la estructura de madera y a la poca solidez de los cimientos. Según este autor, fueron 50.000 los mutilados y aplastados en aquel desastre.
El sacerdote e historiador del siglo V, Orosio, nos cuenta una noticia inverosímil. Según él, Pilatos “dio cuentas al emperador Tiberio y al Senado de la pasión y resurrección de Cristo y de los subsiguientes milagros (…). Tiberio basándose en el gran apoyo popular que recibía Cristo, propuso al Senado que fuera considerado Dios”, aunque el Senado se negó. Y a pesar de que Cristo murió hacia el final del reinado de Tiberio, según cuenta Orosio, este intentó proteger a los cristianos.
Tiberio murió en el año 37 y sobre ello tenemos tres versiones. La primera dice que mientras estaba enfermo fue envenenado por Calígula. La segunda dice que Calígula le negó el alimento. Y la tercera, que fue asfixiado. Así Tácito y Dión Casio nos cuentan que el Prefecto del Pretorio mandó ahogar a Tiberio echándole mucha ropa encima.
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