jueves, 1 de mayo de 2025

1977, ARGENTINA ROMPE RELACIONES CON COREA DEL NORTE

Como hemos visto en otros videos, a lo largo de los dos últimos siglos se han vivido innumerables conflictos diplomáticos entre países de América Latina y potencias extranjeras, algunos tan llamativos como el uruguayo-soviético surgido por la exportación de queso o el franco-peruano motivado por pruebas nucleares en el Pacífico Sur. A estos habría que sumar la ruptura de relaciones con Corea del Norte decretada por Argentina en 1977. 

Todo comenzó en mayo de 1973, poco después de la victoria del peronista Cámpora en las elecciones  presidenciales. A mediados de ese mes María Estela Martínez, Isabelita, esposa de Juan Domingo Perón, tras visitar China viajó a la República Popular Democrática de Corea en un avión especial que el gobierno de ese país puso a su disposición. Una vez en Corea del Norte, donde permanecieron los días 15 y 16, Isabelita y la delegación del Movimiento Nacional Justicialista de Argentina fueron recibidos por altos cargos norcoreanos, pudiendo la futura presidenta argentina conversar con el líder supremo Kim Il-sung, quien le hizo entrega de una invitación para que el general Perón visitara Corea del Norte. 

Poco después, el 1 de junio, el canciller argentino Juan Carlos Puig y el vicepresidente norcoreano Kang Ryang-uk acordaron en Buenos Aires el establecimiento de relaciones entre ambos países. Según dijo Puig, “con este acto, el gobierno argentino implementa su nueva política de establecer relaciones con todos los países del mundo”, tras lo cual hizo referencia a conceptos peronistas como “la hora de los pueblos”. 

Más adelante, el 12 de octubre, durante la toma de posesión de Perón como presidente tras vencer en las elecciones de septiembre, encontramos al vicepresidente norcoreano Kang Ryang-uk asistiendo a la ceremonia junto a una delegación de su país. 

A continuación, el 30 de noviembre, el ministro argentino Alberto Juan Vignes y un representante norcoreano suscribieron en Buenos Aires un convenio comercial. En este documento podemos ver que desde Corea del Norte se podría exportar desde metales a lúpulo, mientras que Argentina podría vender, entre otras cosas, camiones, barcos, azúcar o lanas. 

Más tarde, en agosto de 1974, ya muerto Perón y siendo presidenta Isabelita, Argentina envió a Corea del Norte una delegación de jóvenes deportistas, la cual llegó a encontrarse con Kim Il-sung. Meses después, el 4 de mayo de 1975, una delegación de niños norcoreanos visitó Argentina, siendo recibidos por Isabelita en la Quinta de Olivos, donde llevaron a cabo una representación artística. Luego, durante los siguientes días, visitaron varias provincias del país y asistieron a los Juegos Nacionales Infantiles Evita. 

Sin embargo, no todo fueron viajes infantiles en las relaciones entre Argentina y Corea del Norte. Según informaciones de la época, en aquellos años agentes norcoreanos estuvieron conectados con guerrilleros del ERP, y aunque no hay más detalles sobre el asunto, en referencia a los nexos entre el ERP y los norcoreanos, si se sabe que en 1978 un cabecilla del ERP viajó hasta Corea del Norte buscando entrenamiento para los miembros de su organización. 

Por último llegamos a 1977, año en que Argentina, gobernada por entonces por Jorge Videla, rompió relaciones con Corea del Norte, hecho que estuvo rodeado de extraños sucesos. Primero, el 11 de mayo, se declaró un incendio en la embajada norcoreana, situada en la calle Gorostiaga 2115. Luego, a principios de junio, los diplomáticos norcoreanos abandonaron Argentina sin comunicárselo a las autoridades del país, lo que causó un profundo desagrado en la Cancillería argentina, que calificó el hecho como “un gesto inamistoso y en desacuerdo con las prácticas y costumbres internacionales”. 

Fruto de esto, el día 13 el gobierno argentino decretó la ruptura de relaciones con Corea del Norte. Así, en dicho decreto podemos leer: “Que en numerosas oportunidades, la gestión de la citada Representación Diplomática fue objeto de reclamaciones por parte del Gobierno argentino. Que su accionar ha afectado a propiedades y bienes de ciudadanos argentinos. Que es inaceptable la actitud asumida por la dotación de la Embajada de la República Popular Democrática de Corea de abandonar unilateralmente y sin comunicación previa, a nuestro país, lo que constituye un gesto completamente inamistoso para la República Argentina. Por ello, el Presidente de la Nación Argentina decreta: Artículo 1º- Dispónese la ruptura de relaciones diplomáticas y consulares con la República Popular Democrática de Corea”.

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