Como hemos visto en otros videos, durante la exploración, conquista y colonización de América encontramos entre las huestes castellanas a personas de otras nacionalidades, como ingleses, húngaros o griegos. En el caso de los griegos es poco conocido su papel en el descubrimiento y exploración de las costas de lo que hoy son Uruguay, Argentina y Chile durante los primeros decenios del siglo XVI, empresa en la que destacaron como avezados navegantes.
Dejando a un lado alguna expedición y supuestos viajes de los que no tenemos mucha información, las primeras noticias fehacientes de la presencia de marinos griegos en el Río de la Plata, la Patagonia y el estrecho de Magallanes son de 1520.
Todo comenzó el año anterior, cuando nueve o diez marinos griegos se enrolaron en la expedición de Fernando de Magallanes al Maluco, también conocido como las islas Molucas o las islas de las Especias, en lo que hoy es Indonesia. De estos griegos destaca uno de ellos, Francisco Albo, natural de la isla de Quíos, que fue contramaestre de una de las naves de la expedición, la nao Trinidad, y que nos dejó uno de los primeros relatos en los que se describen las costas del Río de la Plata, la Patagonia y el estrecho del Magallanes.
Cuando la armada zarpó de España en agosto de 1519 uno de los griegos, el grumete Antonio Gómez de Axio, quedó en tierra. Luego, tras navegar en paralelo a la costa de África, la expedición cruzó el Atlántico hasta las costas de Brasil, las cuales recorrieron hacia el sur durante las últimas semanas del año. En ese tiempo fue ejecutado el maestre Antonio Salomon, griego según unos documentos o siciliano según otros.
A continuación, hacia el 9 de enero de 1520, la expedición llegó a las aguas del actual Uruguay. En aquella costa otro miembro de la expedición, el italiano Antonio Pigafetta, menciona que vieron a un caníbal de “estatura gigantesca” al que intentaron capturar, cosa que no cuenta Albo. Luego, el día 10, según el relato del griego, navegaron cerca del cabo de Santa María, dirigiéndose después hacia el oeste, hacia el “río de los Patos” y a lo que él llamó “Monte Vidi”, lo que hoy es Montevideo.
Seguidamente, durante las siguientes semanas, dice Albo que exploraron el “río de Solís”, el actual Río de la Plata, en busca de un pasaje para pasar al Mar del Sur, es decir, el océano Pacífico. Tras no hallarse este pasaje, la expedición continuó su travesía hacia el sur, llegando el 7 de febrero a la “punta de San Antón”, el 8 al “cabo de Santa Polonia” y el 9 a “punta de las Arenas”. En la actualidad estos lugares son conocidos como cabo San Antonio, punta Médanos y punta Mogotes, situados los tres en la moderna provincia de Buenos Aires.
Luego, según el marino griego, navegaron hacia el oeste por una costa que califica de muy buena con “montecitos verdes y tierra baja”. Durante los siguientes días la expedición permaneció en bahía Blanca, navegando a continuación hacia el sur. El día 24 Albo cuenta que llegaron a una bahía muy grande, a la que bautizaron como “bahía de San Matías”, que según se cree no se corresponde con el actual golfo de San Matías, sino con Golfo Nuevo, situado algo más al sur, en la moderna provincia de Chubut. Luego, el 27, capturaron algunos lobos marinos en unos islotes de la costa chubutense, la cual Albo describe como “buena tierra y lindos campos sin árboles, y muy llana tierra”.
A continuación, durante los siguientes días navegaron hacia el sur recorriendo la costa patagónica, llegando a finales de marzo al puerto de San Julián, en la actual provincia de Santa Cruz, donde permanecieron todo el invierno. Allí cuenta Albo que se les presentaron muchos indios vestidos de pieles de una especie de camellos sin joroba, es decir, guanacos. Sin embargo, Albo no dice que fueran gigantes, como si dice Pigafetta, quien menciona incluso el intento de capturar a varios de estos gigantes para llevarlos a España. Tampoco menciona el griego el naufragio de una de las naves de la armada, ni el motín frustrado contra Magallanes en el que es posible que participaran algunos de los griegos de la expedición.
Finalmente, la expedición zarpó del puerto de San Julián el 24 de agosto, llegando dos días después al que llamaron “río Santa Cruz”, donde permanecieron hasta el 18 de octubre. Tres días después, el 21, Albo dice que llegaron al cabo Vírgenes y a una abertura en cuya entrada había una punta de arena, la actual punta Dungeness, donde hoy está la frontera entre Argentina y Chile, tras lo cual la expedición entró en el canal, ya en aguas chilenas.
Albo menciona en su relato lo que se conoce como Primera Angostura, tras lo cual encontraron un gran ancón con muchos bajíos, llegando después a la Segunda Angostura, tras la cual hallaron “una bahía muy grande […] y unas islas”, sin duda siendo una de ellas isla Isabel. Luego en su relato, el griego cuenta como en aquel “estrecho hay muchos ancones, y las sierras son muy altas y nevadas, y con mucho alboledo”.
Lo que Albo no dice en su relato, es que mientras recorrían el estrecho, una de las naves, la nao San Antonio, se sublevó y dio marcha atrás para volver a España. Aquel barco, en el que estaba el marinero y artillero griego Simón de Asio, se cree que pudo llegar a unas islas que fueron después conocidas como Sansón, quizás las actuales Malvinas.
Sea como fuere, tras esto Albo cuenta como llegaron a la altura de lo que hoy se conoce como isla Dawson, desde donde tomaron dirección noroeste, viendo muchas islas durante aquel tramo de la travesía, llegando finalmente al final del estrecho, donde había dos cabos, uno al que llamaron “cabo Fermoso” y al otro cabo Deseado.
Ya en el océano Pacífico se dirigieron hacia el norte, viendo el 1 de diciembre tierra, quizás la isla chilena de Campana. Durante los siguientes días se alejaron de la costa, volviéndose a aproximar a ella hacia el día 12 y navegando hacia el norte cuatro días más, hasta que el día 16, a la altura de la moderna ciudad de Concepción, tomaron rumbo noroeste, internándose así en el Pacífico.
Por último hay que señalar que tras muchas peripecias en este océano y en las islas de Indonesia, donde desertaron Juan Griego y Mateo de Gorfo, dos de los griegos de la expedición, los supervivientes de la armada atravesaron el Índico, doblaron el cabo de Buena Esperanza en mayo de 1522 y llegaron a las islas de Cabo Verde en julio, donde los portugueses capturaron a varios hombres, entre ellos al marinero griego Felipe de Rodas, consiguiendo llegar a España en septiembre solo dieciocho hombres, incluidos los griegos Francisco Albo, Miguel de Rodas, Nicolao de Nápoles y Miguel Sánchez, haciéndolo tiempo después el mencionado Felipe junto a otros hombres.
Pero estos, como veremos en el siguiente video, no fueron los únicos griegos que participaron en la exploración de las costas de las actuales Uruguay, Argentina y Chile.
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