sábado, 11 de marzo de 2023

¿TLAXCALTECAS EN LA CONQUISTA DE ECUADOR?

Es sabido que durante la conquista de México los españoles utilizaron miles de guerreros tlaxcaltecas como tropas auxiliares, pero es poco conocido que cientos de estos indígenas pudieron ser llevados por Pedro de Alvarado en 1534 en una expedición al actual Ecuador, es decir, a más de 3.000 kilómetros de tu tierra natal. 

En 1532, Alvarado, uno de los conquistadores más famosos de México, Adelantado, Gobernador y Capitán General de Guatemala, obtuvo una capitulación para “descubrir, poblar y conquistar cualquier Isla que hay en la mar del Sur de la Nueva España”. Así, desde esa fecha comenzó a preparar esta expedición en el puerto de Iztapa, en el Pacífico guatemalteco. Para construir aquella armada, como sabemos por testimonios posteriores, se utilizó a los indios de la zona, los cuales trabajaron hasta la extenuación. 

Tras varios meses de dilación Alvarado trasladó sus naves al Puerto de la Posesión, el actual municipio nicaragüense de El Realejo, y por fin, a finales de enero de 1534, su armada zarpó. La expedición estaba compuesta por 12 naves, 140 marineros y 450 soldados españoles. Además, como el Adelantado le comunicó al rey, la expedición llevaba 200 esclavos negros. 

En cuanto a los indios, según la pesquisas hechas tiempo después, habrían sido en torno a 1.200, aunque otras fuentes dan cantidades superiores. Según los testigos, el Adelantado dio permiso a los hombres de a caballo para llevar dos o tres indios de servicio y los de a pie para llevar uno. Entre este contingente indígena se señala la presencia de hombres y mujeres, tanto libres como esclavos. 

Pero, ¿quiénes eran estos indígenas? Algunos historiadores han propuesto que eran tlaxcaltecas llegados desde Nueva España basándose, primero, en la participación de tropas tlaxcaltecas en la conquista española de América Central; segundo, en la presencia en la expedición de la mujer de Alvarado, hija de un noble tlaxcalteca, la cual pudo ir acompañada de gente de este pueblo; y tercero, en la presencia de personas de origen mexicano en el Perú del siglo XVI, las cuales podrían identificarse como antiguos miembros de la expedición de Alvarado. 

Sin embargo, como señala algún testigo, era un grupo heterogéneo compuesto por indios de varias procedencias. Así, además de los indígenas traídos desde la ciudad y del territorio de México, había mayas o xincas de Guatemala llegados a Nicaragua con Alvarado, nahuas de los alrededores de Puerto de la Posesión o lencas de San Miguel, villa esta que habría quedado despoblada al ser sus habitantes llevados a la fuerza en la expedición, aunque esto lo niegan algunos testigos. 

Volviendo a la expedición, Alvarado escribiría al rey que, tras navegar casi 400 leguas hacia poniente, las corrientes le arrastraron a la bahía de Caráquez, en Ecuador. Sin embargo, hay testimonios que afirman que el Adelantado, tras ser sabedor de las riquezas del Perú, planeó ir desde un principio a este territorio y que incluso había mandado a uno de sus hombres a reconocer la costa. Concretamente el objetivo de Alvarado era, según el cronista Pedro Cieza de León, Quito, lugar fuera de las posesiones de Francisco Pizarro y conocido por sus riquezas. 

Desde Caráquez Alvarado envió primero los barcos a Puerto Viejo y luego a Panamá y Nicaragua para traer más gente. Mientras, la expedición comenzó su caminó hacia Quito, utilizando a los indios como porteadores. Tras pasar por Jipijapa, cuenta Cieza de León que los españoles saquearon el que llamaron Pueblo del Oro, donde también tomaron muchos cautivos. De estos saqueos se quejarían Pizarro y Diego de Almagro en varias cartas al rey, ya que Alvarado perturbó la paz en aquel territorio. 

Más adelante, tras pasar por el Pueblo de las Golondrinas, llegaron al pueblo de Chonana. Allí, según testigos, Alvarado echó a los perros a un cacique e hizo quemar a varios indios. En este pueblo, cuenta Cieza de León que algunos de los indios traídos desde Nicaragua se comieron a infinidad de naturales de aquel territorio. Si esto fuera cierto, sería un indicio de que parte de aquellos indios eran tlaxcaltecas, pues hay noticias de que este pueblo practicaba la antropofagia. 

A continuación, mientras saqueaban y mataban, los exploradores de Alvarado descubrieron el río Daule y el camino para ir a Quito, aunque resultó que aquella ruta estaba repleta de ciénagas. En ese tiempo, mientras se buscaba otro camino, cuentan Alvarado y Cieza de León que la expedición fue azotada por una extraña enfermedad por la que los hombres morían en poco tiempo y el que sobrevivía, perdía el juicio. 

Más tarde, los exploradores de Alvarado llegaron a un pueblo y capturaron a unos indios que les sirvieron como guías, tras lo cual hicieron llamar al Adelantado. Cuando Alvarado se dirigía a reunirse con ellos el volcán Cotopaxi hizo erupción y comenzó a llover ceniza sobre la expedición, además, cuenta Cieza de León, que muchos indios de servicio murieron extenuados por las pesadas cargas que debían transportar. 

Tras reunirse Alvarado con su avanzadilla envió cuadrillas a explorar y una de ellas descubrió el pueblo de Chongo y un gran río. El Adelantado partió con algunos hombres para inspeccionarlo y dejó al resto al mando del licenciado Caldera. Estando en aquel río, Alvarado fue atacado por los naturales del lugar, pero estos huyeron al ver a los caballos. Después de cruzar río, el Adelantado envió a su hermano Diego a explorar. Este llegó a un pueblo llamado Ajo e hizo llamar a su hermano. Entretanto, el hambre era tanta en los grupos de Alvarado y Caldera que los hombres se comían los caballos, perros e incluso lagartijas. 

Mientras el Adelantado iba a reunirse con su hermano, este decidió proseguir su exploración y alcanzó los Andes. Allí, a pesar de la nieve, consiguió atravesarlos y llegar a un pueblo. Luego fue el turno de los grupos de Alvarado y de Caldera. En esos momentos cayó sobre ellos una ventisca de nieve y granizo de tal magnitud que tuvieron que abandonar casi todas las provisiones y el botín. El frío provocó que murieran algunos españoles, muchos esclavos negros y cientos de indios. Según Cieza de León muchos de los indígenas que sobrevivieron lo hicieron con amputaciones o ciegos. 

Por fin consiguió Alvarado llegar al pueblo de Pasa, donde la expedición descansó. Luego, tras siete meses de viaje, la expedición llegó al sur de Quito, al pueblo de Quisapincha. Cerca de allí hallaron el camino real de los incas y rastro de otros españoles. Entonces el Adelantado envió a su hermano a explorar, mientras él fue a Panzaleo, donde tuvo noticia de que el antiguo señor de Quito, Zopezopagua, se encontraba en Sigchos. Entonces Alvarado se decidió a capturarlo, pero en ese instante aparecieron mensajeros de Almagro. El Adelantado habló con ellos y estos le dijeron que aquellos territorios estaban dentro de los límites de la gobernación de Pizarro. 

Tiempo después Alvarado se presentó con su ejército en Riobamba, donde estaba Almagro. En esta acción y en las anteriores, las fuentes no mencionan la presencia tropas indígenas, lo que evidenciaría que no había guerreros tlaxcaltecas entre las fuerzas del Adelantado. 

Sea como fuere, cuando parecía que los españoles iban a trabar combate entre si por los derechos a aquel territorio, Almagro intentó convencer a Alvarado de que aquella región era parte de la gobernación de Pizarro. Entonces el Adelantado, para evitar un derramamiento de sangre, tomó la decisión retornar a Guatemala, vender su armada a Almagro y dejar a sus hombres con él. Entre estos hombres habría que incluir a los indios supervivientes de la expedición, la mayoría de los cuales se quedaron allí, siendo muy pocos los que regresaron con Alvarado. 

Las últimas noticias que tenemos sobre el Adelantado y los indios que había traído desde Nicaragua es que años más tarde, por llevarlos a Perú, fue condenado a una gran multa y a devolverlos a sus lugares de origen.

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