jueves, 30 de diciembre de 2021

La historia de los DOCE Reyes Magos

Aunque los Reyes Magos -quizás sacerdotes persas, quizás astrólogos- son figuras populares en el cristianismo, únicamente se les menciona brevemente en el Evangelio de Mateo, en el cual solo se dice que eran magos de oriente que siguieron una estrella hasta Jerusalén. Allí hablaron con Herodes y luego se dirigieron a Belén, donde encontraron al niño Jesús y le adoraron. A continuación, le dieron oro, incienso y mirra y regresaron a su país. 

Todo lo demás que sabemos de ellos proviene de la tradición cristiana occidental. Sus nombres, con ligeras variables, son Melchor, Gaspar y Baltasar, aunque en textos medievales podemos encontrar otros nombres como Dionisius, Rusticus y Leuiterius o Aureolus, Thureolus y Myrrheolus. 

Su número se suele fijar en tres, pero también existen divergencias, así, en el arte paleocristiano podemos encontrar representaciones de dos, cuatro u ocho magos. Esta última cifra aparece mencionada en la Crónica de Miguel el Sirio, el cual menciona que otros autores pensaban que, en base a una profecía de Miqueas, los magos fueron ocho. 

Sin embargo, en diferentes textos del cristianismo oriental y en los evangelios apócrifos podemos encontrar otras informaciones poco conocidas sobre los magos. Así, la obra conocida como la Caverna de los Tesoros, de hacia el año 600, se menciona a Hormizdah, rey de Persia, a Izgarad, rey de Sabha, y a Perozadh, rey de Sheba. En otros textos se dan nombres diferentes, por ejemplo, en un ostraca copto hallado en el yacimiento egipcio de Medinet Habu se leen los nombres de Bathezora, Melchior y Thaddias. 

Por su parte, en diferentes textos se dan otros nombres y una cifra de magos que llega a doce, como en un comentario en latín del Evangelio de Mateo del siglo V, aunque la tradición más rica sobre los doce Reyes Magos es la siríaca medieval. 

Los nestorianos Teodoro Bar Koni, Hasan Bar Bahlul y el Libro de la Abeja de Solomon de Basora ofrecen listas de doce magos con nombres que recuerdan a la historia babilónica, aqueménida y sasánida. Nombres semejantes podemos encontrarlos en las listas de Moshe Bar Kepha, Dionisio Bar Salibi y Miguel el Sirio. 

En varios de estos textos aparece un nombre, Gundaphar, que ciertos historiadores han identificado con el rey indo-parto Gondophares, cuyo nombre transcrito en algunas lenguas se asemeja al de Gaspar, lo que conectaría a uno de los magos con una figura histórica. 

En otra tradición, la etíope, encontramos listas de tres o doce magos con nombres variopintos. Así, en el conocido como El Libro de Adán y Eva, del siglo VI, se les llama Hor, rey de Persia, Basantar, rey de Saba, y Karsundas, rey del Este. En otros textos aparecen nombres como Mensuram, Likon y Badsiba. En Ibn at-Tayyib encontramos una lista de solo once magos con nombres como Sadaf, Arsak, Aduq o Sarduh. 

Tras hablar de listas de tres o doce magos, hay que señalar una tradición intermedia según la cual eran tres los reyes y nueve los notables que les acompañaban, o bien, doce reyes, pero solo tres fueron los que llegaron a Jerusalén. 

En cuanto al lugar de origen de los magos, en las diferentes listas podemos encontrar países conocidos como Asiria, Persia o Saba, en el sur de Arabia, pero también lugares más insospechados. Por ejemplo, en un texto siríaco conocido como La Revelación de los Magos conservado en la Crónica de Zuqnin aparecen varios datos inéditos sobre los doce magos, entre ellos se dice que procedían del Lejano Oriente, de un lugar llamado Tierra de Sir, que algunos han identificado con Seres, el nombre que en el mundo clásico se daba a China. 

En otro texto, esta vez armenio, aparece una lista de los doce magos en la que tres de ellos figuran como reyes de “Tharsis y de las Islas”, un topónimo que aparece varias veces mencionado en el Antiguo Testamento, como en el Salmo 72, y que se correspondería con la Tartessos del sur de España. 

Pero en el cristianismo oriental no solo podemos encontrar datos sobre los nombres, el número y el origen de los magos, también podemos hallar otras informaciones sobre ellos. Por ejemplo, Miguel el Sirio cuenta que los magos hicieron su camino con un cortejo de miles de soldados. En La Revelación de los Magos se dice que los magos eran descendientes de Seth, hijo de Adán. 

En la Caverna de los Tesoros se narra que la Estrella de Belén apareció dos años antes de que naciera el Mesías, lo que echaría por tierra algunas de las explicaciones modernas que identificaban la estrella con un cometa o con una conjunción planetaria. Otro texto, los Comentarios de Ishodad de Merv, obispo del siglo IX, se cuenta que en la estrella que guiaba a los magos, y que solo podían ver ellos, se podía ver la figura de la Virgen abrazando a su hijo. 

En los evangelios apócrifos también podemos encontrar curiosas informaciones sobre los magos. Así en el Evangelio Armenio de la Infancia se narra que un ángel del Señor se apareció a los Reyes Magos para anunciarles el nacimiento de Jesús. Este evangelio añade que uno de los reyes reinaba sobre la India, otro sobre Persia y el tercero sobre los árabes. En el Liber de infantia Salvatoris se dice que Herodes entregó una diadema y un anillo a los magos para que se lo dieran al recién nacido. 

En el Evangelio Árabe de la Infancia se dice que María entregó a los magos un pañal del niño que llevaron a su regreso a Persia. Por último, en el Evangelio de pseudo Mateo se cuenta que, además del oro, el incienso y la mirra, los magos entregaron a Jesús una moneda de oro cada uno. 

Puedes encontrar más historias en nuestro canal: https://www.youtube.com/channel/UC8Rx6U8r2-DGtHYDxIIThAg/videos

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