Hace casi un siglo una oleada de atentados anarquistas contra objetivos estadounidenses sacudieron las ciudades de Buenos Aires y Montevideo. Estos ataques, ya olvidados, estuvieron motivados por el controvertido juicio, encarcelamiento, sentencia y posterior ejecución de los anarquistas Sacco y Vanzetti en Estados Unidos.
Todo comenzó en 1920 con la detención en Estados Unidos de los anarquistas italoamericanos Nicola Sacco y Bartolomeo Vanzetti, a los que se acusaba de dos atracos y dos asesinatos. Durante los siguientes años el caso alcanzó relevancia internacional al considerarse que Sacco y Vanzetti eran inocentes y que detrás de su injusta acusación existían prejuicios anti-italianos, anti-inmigración y anti-anarquistas, sin embargo, a pesar de las protestas y de varios atentados, finalmente Sacco y Vanzetti fueron declarados culpables, sentenciados a muerte y ejecutados en la silla eléctrica en agosto de 1927. Como veremos a continuación, varios de estos ataques se llevaron a cabo en Argentina y Uruguay entre 1926 y 1928.
El primer atentado tuvo lugar en la puerta de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires a última hora de la noche del 16 de mayo de 1926, solo unos días después de ser rechazada la apelación de la defensa de Sacco y Vanzetti. Según leemos en la prensa la explosión causó dos heridos y algunos daños en la legación. De inmediato se señaló al Comité local para la defensa de Sacco y Vanzetti, efectuándose varias detenciones durante los siguientes días.
Semanas más tarde, en la mañana del 4 de junio, en medio de un clima de agitación y de apoyo a Sacco y Vanzetti, explotó otra bomba, esta vez en la embajada de Estados Unidos en Montevideo. En la prensa de la época leemos que, a pesar de que la embajada estaba bien vigilada por la policía, un artefacto explosivo repleto de metralla fue colocado cerca del despacho del embajador y, aunque no causó heridos, sí provocó desperfectos en el edificio. Días después fueron arrestadas una veintena de personas.
Tras esto hubo que esperar más de un año hasta los siguientes atentados. Estos se produjeron en Buenos Aires la noche del 22 de julio de 1927, solo unas semanas antes de la ejecución de Sacco y Vanzetti. Aquella noche explotó una bomba junto a la estatua de George Washington situada en el Parque 3 de Febrero, la cual causó algunos daños en el monumento.
La misma noche explotó otra bomba frente a una sucursal de la empresa automovilística estadounidense Ford situada en la esquina de las calles Victoria y Perú, la cual produjo algunos desperfectos, mientras que una segunda bomba no llegó a explotar. A raíz de estos ataques se llevaron a cabo varios arrestos entre los círculos anarquistas de la ciudad, siendo la detención más destacada la del famoso militante Miguel Arcángel Roscigna, a quien se señalaba como responsable de estos atentados y de los de las embajadas. Además, el gobierno argentino presentó sus excusas ante el de los Estados Unidos por lo sucedido.
A continuación, ya en vísperas de las ejecuciones de Sacco y Vanzetti, las protestas y disturbios se multiplicaron en diversos lugares del mundo. En el caso de Argentina, tenemos noticias de un ataque contra la casa de un jefe de policía el 16 de agosto y de la explosión de una bomba en los talleres de Ford en la ciudad de Córdoba cinco días después. Según dijo la prensa, la explosión se escuchó en toda la ciudad y causó muchos daños en el edificio de Ford y en otros próximos.
Los siguientes atentados se produjeron meses después, ya muertos Sacco y Vanzetti. Así el 24 de diciembre dos bancos estadounidenses, el Boston Bank y el National City Bank, fueron atacados con bombas casi de forma simultánea en Buenos Aires. En el caso del ataque al National City Bank la explosión causó muchos desperfectos y varias víctimas entre muertos y heridos. Las posteriores investigaciones policiales llevaron a numerosas detenciones y se concluyó que el responsable de los ataques era el grupo liderado por el anarquista italiano Severino Di Giovanni.
Sin embargo, a pesar de las detenciones, los ataques continuaron y el grupo de Di Giovanni puso su mira en el cónsul italiano en Buenos Aires, un reconocido fascista. Así, con el objetivo de acabar con él se colocó una bomba en el Consulado Italiano de la ciudad el 23 de mayo de 1928. La brutal explosión no acabó con la vida del cónsul, pero sí hirió y mató a decenas de personas que se encontraban en el interior del edificio.
Ese mismo día, poco después, fue colocada otra bomba en una farmacia de La Boca propiedad de un reconocido fascista, aunque esta no hizo explosión al ser manipulada por un niño. Luego, en la siguientes horas, fueron detenidos más de 200 individuos anarquistas y comunistas.
Tras este atentado se produjeron otros ataques, asesinatos y asaltos durante los siguientes años, pero el único que tuvo relación con los Estados Unidos fue un complot que tenía como objeto asesinar al presidente electo de aquel país, Herbert Hoover, quien, durante su gira por Sudamérica, debía llegar a Argentina a mediados de diciembre de 1928. Sin embargo, este plan fue descubierto y desbaratado, aunque de el hablaremos con más detalle en otro video.
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