Como hemos visto en las últimas semanas, las relaciones entre Venezuela y Argentina no atraviesan por su mejor momento, sin embargo, esto no es nuevo y en el tercer cuarto del siglo XX ambos países llegaron a romper relaciones hasta en cuatro ocasiones.
El primer conflicto destacable entre Venezuela y Argentina tuvo lugar en 1944, durante la Segunda Guerra Mundial. A principios de ese año el gobierno del dictador argentino Pedro Pablo Ramírez había roto relaciones con Alemania y Japón. Sin embargo esto fue insuficiente para los Estados Unidos, donde se creía que a pesar de la ruptura, el gobierno del nuevo dictador argentino Edelmiro Farrell aún era cercano a la Alemania nazi, además a Farrell se le reprochaba su nula contribución al esfuerzo de guerra contra el Eje. Por este motivo, Estados Unidos fomentó que los países americanos aislaran a Argentina, como así sucedió. En el caso de Venezuela, el gobierno de Isaías Medina suspendió sus relaciones con Argentina en julio, las cuales no se volverían a retomar hasta abril de 1945.
Años después, en 1957, estalló un nuevo conflicto entre Argentina y Venezuela que revestiría más gravedad. Todo comenzó en septiembre de 1955 cuando se produjo un golpe de Estado en Argentina contra Juan Domingo Perón, lo que provocó su exilio y dio inicio a la dictadura cívico-militar conocida como Revolución Libertadora que declaró proscrito al peronismo.
Perón entonces comenzó un periplo por varios países de América, recalando en agosto de 1956 en Venezuela, donde recibió asilo. La presencia de Perón en Venezuela creó un fuerte malestar en el gobierno argentino presidido por el teniente general Pedro Eugenio Aramburu. Por ello, a través de su embajador en Caracas, el general Carlos Toranzo Montero, Aramburu exigió la expulsión de Perón de Venezuela, al que se acusaba de dirigir desde este país las actividades subversivas y terroristas contra el gobierno argentino. Sin embargo, el gobierno venezolano hizo oídos sordos a estos requerimientos.
Poco después, a finales de mayo de 1957, sicarios a las ordenes del gobierno argentino atentaron contra Perón con una bomba, aunque este salió indemne del ataque. Como respuesta, el presidente venezolano, Marcos Pérez Jiménez, declaró persona non grata a Toranzo, al que se acusaba de estar detrás del ataque.
Como es natural, la tensión entre ambos países fue a más y finalmente el 7 de julio el gobierno de Aramburu anunció la ruptura de sus relaciones diplomáticas con Venezuela. Como respuesta, el gobierno venezolano retiró a su embajador de Buenos Aires.
Así permaneció todo hasta que en enero 1958 el presidente venezolano fue derrocado por un golpe de Estado y Perón perdió su protección, por lo que tuvo que exiliarse en la República Dominicana. Sucedido esto, los motivos para la ruptura de relaciones con Venezuela habían desaparecido y el gobierno de Aramburu decretó retomarlas.
Años después, en 1962, ya reinstaurada la democracia en Argentina, un nuevo golpe de Estado derrocó al presidente Arturo Frondizi el 29 de marzo, estableciéndose una dictadura encabezada por José María Guido.
En esa época gobernaba Venezuela Rómulo Betancourt, el cual había establecido la conocida “Doctrina Betancourt”, que consistía, según palabras del mandatario en: “Regímenes que no respeten los derechos humanos, que conculquen las libertades de sus ciudadanos y los tiranice con respaldo de las políticas totalitarias, deben ser sometidos a riguroso cordón sanitario y erradicados mediante la acción pacífica colectiva de la comunidad jurídica internacional”.
Esto llevó a Betancourt a romper durante su mandato relaciones diplomáticas con más de una decena de países americanos donde se había subvertido el orden constitucional. Este fue el caso de Argentina, con quien se rompieron relaciones solo unos días después del derrocamiento de Frondizi. Un año después, en 1963, con la reinstauración de la democracia en Argentina y la llegada de Arturo Illia a la presidencia del gobierno, Venezuela retomó sus relaciones con Argentina.
Sin embargo, el derrocamiento de Illia en junio de 1966 tras el golpe de Estado que dio inicio a la dictadura cívico-militar conocida como Revolución Argentina provocó que en julio Raúl Leoni, nuevo presidente de Venezuela y continuador de la “Doctrina Betancourt”, suspendiera las relaciones diplomáticas de su país con la Argentina presidida por Juan Carlos Onganía. Esta situación se mantendría hasta abril de 1969, cuando el nuevo presidente de Venezuela, Rafael Caldera, enterró la “Doctrina Betancourt” y decidió retomar las relaciones con Argentina.
Puedes encontrar más historias en nuestro canal: https://www.youtube.com/channel/UC8Rx6U8r2-DGtHYDxIIThAg/videos
No hay comentarios:
Publicar un comentario