Durante la terrible Guerra del Chaco que enfrentó a Paraguay y Bolivia entre 1932 y 1935 es poco conocido que los bolivianos a punto estuvieron de bombardear la capital paraguaya varias veces, lo que quizás hubiera cambiado el curso del conflicto.
Ya en septiembre de 1932, recién comenzada la guerra, podemos leer en la prensa como, ante las supuestas ejecuciones de prisioneros bolivianos por parte de los paraguayos durante la batalla del Boquerón, manifestantes pedían en La Paz que la aviación boliviana bombardeara Asunción. La amenaza fue tomada en serio en Paraguay, por lo que incluso podemos ver en la prensa de aquel país consejos en caso de bombardeo.
Tiempo después, en enero de 1933 encontramos dos noticias al respecto. Según la primera, aviones bolivianos lanzaron sobre posiciones paraguayas octavillas en las que se amenazaba con bombardear Asunción. En la segunda noticia leemos como la ciudad paraguaya de Concepción fue ametrallada por la aviación boliviana, llegándose a hablar en algunos casos incluso de bombardeo, algo que fue desmentido por los bolivianos, los cuales afirmaron que solo se había tratado de un reconocimiento aéreo al tratarse aquel lugar de un punto de concentración de tropas y donde se hallaban grandes depósitos de material de guerra.
Meses más tarde, en mayo, volvemos a encontrar noticias sobre las intenciones bolivianas de bombardear Asunción, aunque fue en agosto cuando la aviación boliviana estuvo más cerca de atacar la capital paraguaya. Según señalan varios autores, el Comandante en Jefe de las fuerzas bolivianas, el alemán Hans Kundt, tenía previsto que el 6 de agosto varios aviones bombardearan el puerto y el arsenal de Asunción, aunque en el último momento el presidente de Bolivia, Daniel Salamanca, abortó la misión por las graves consecuencias que podría acarrear aquel ataque.
Sin embargo, fue en 1934 cuando el asunto revistió mayor gravedad. El 2 de mayo de ese año la aviación boliviana bombardeó dos pequeños enclaves del Alto Paraguay, Puerto Guaraní y Puerto Mihanovich, causando importantes daños materiales y varios muertos y heridos, entre ellos un ciudadano alemán. Según los bolivianos aquellos objetivos eran dos puestos militares, aunque según los paraguayos se trataban de plantas de uso civil dedicadas a la extracción de tanino.
Al día siguiente la legación de Alemania en Asunción protestó por el bombardeo de Puerto Guaraní, donde un ciudadano alemán había resultado herido. Además, el representante alemán en Paraguay se mostró preocupado por los daños que sus conciudadanos pudieran sufrir en nuevos ataques y señaló que ya había puesto en conocimiento de su gobierno lo sucedido.
El día 5 el gobierno paraguayo de Eusebio Ayala dio instrucciones a su representante en la Liga de las Naciones para que protestara por los bombardeos porque “es de notoriedad que esos establecimientos no poseen guarnición militar ni sirven para fin alguno militar...”, además, se señalaba que el gobierno paraguayo “se cree desobligado de respetar en relación a Bolivia reglas de Derecho violadas por ella abierta y deliberadamente”.
Al mismo tiempo como podemos leer en la prensa de la época, el embajador paraguayo en Estados Unidos, Enrique Bordenave, anunció, como ya había hecho el ministro de Defensa de su país, que Paraguay tomaría “represalias contra prisioneros bolivianos mientras Bolivia continúe realizando ataques aéreos contra los civiles” y que Paraguay se declaraba, “en lo referente a Bolivia, libre de obligaciones con respecto a las reglas de la Ley Internacional, la cual Bolivia ha violado abierta y deliberadamente”.
En respuesta a esto, el ministro de Defensa boliviano anunció el día 6 que “en vista de la declaraciones del ministro de Defensa del Paraguay, anunciando que se tomarían represalias contra los prisioneros bolivianos, como resultado de nuestros bombardeos aéreos hacia los puestos militares enemigos, el Ministerio de Defensa Nacional declara que, caso que el Paraguay ejecute tales actos de represalia, las fuerzas aéreas de Bolivia bombardearán la ciudad de Asunción”.
A continuación aparecieron en prensa informaciones que decían que Paraguay ya había empezado a castigar a prisioneros bolivianos. Se decía que estas represalias afectaban al “régimen de alimentación y comunicaciones de los prisioneros”. Además, se publicó que se habían comenzado a sortear a los oficiales y soldados bolivianos que iban a ser fusilados. IMAGENES 29-30 Esto, aunque fue desmentido por los paraguayos, provocó que el ministro de Defensa boliviano dijera que esperaba “informes confirmatorios de que Paraguay ha tomado represalias contra los prisioneros bolivianos para bombardear la capital de la nación enemiga inmediatamente”. Asimismo, la Cancillería boliviana envió una nota en similares términos a la Liga de las Naciones.
Poco después, el día 12, los paraguayos volvieron a afirmar que Puerto Guaraní y Puerto Mihanovich no tenían “carácter militar ni defensas que justificaran ataque alguno”. Además, las autoridades paraguayas señalaban que varios países habían solicitado a Bolivia que dejara de bombardear centros civiles, y añadían los paraguayos “que si Bolivia se niega a atender estas indicaciones, el Paraguay se verá obligado a tomar represalias proporcionadas a las trasgresiones de las reglas de la guerra”.
Luego, el día 17, en la asamblea de la Liga de las Naciones se hizo un llamamiento a los representantes de Bolivia y Paraguay a fin de impedir actos que violaran los principios fundamentales del Pacto de la Liga. Sin embargo, el representante paraguayo comunicó que debido a la actitud boliviana, su país se veía obligado a no respetar dicho Pacto.
Días después, el 29, el ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, Justo Pastor Benítez, puntualizó que su país aún no había violado ninguna regla del derecho internacional, algo que reiteró un día más tarde en una carta a su homólogo argentino, Carlos Saavedra Lamas, en la cual indicaba que su país solo se apartaría de la Ley Internacional en caso extremo.
Finalmente no se produjo el tan anunciado bombardeo de Asunción, pero la guerra aún duraría un año más, culminando el conflicto con la victoria paraguaya.
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