viernes, 8 de septiembre de 2023

EL ATAQUE HOLANDÉS A AMÉRICA DE 1615 (II): PERÚ

Como vimos en otro video, en 1614 una flotilla holandesa navegó a Brasil, donde tuvo varios enfrentamientos con los portugueses y con los indígenas del lugar. Luego cruzó el Estrecho de Magallanes, del cual salió a principios de mayo de 1615. Después de una escala en isla Mocha, los holandeses incursionaron en isla de Santa María, en la bahía de Concepción, en Valparaíso y en Papudo. Luego se dirigieron a Arica, aunque al no encontrar los transportes que debían llevar la plata de Potosí a Panamá, decidieron seguir su travesía. 

Tras dejar Arica a principios de julio los holandeses se adentraron en aguas del actual Perú. El día 10 los encontramos vigilando a un navío español que habían avistado y el cual creyeron que les espiaba. El día 12 los holandeses ya estaban a la altura de San Vicente de Cañete, cerca de donde fondearon. El 14 una pequeña tropa intentó desembarcar, siendo de inmediato atacados por la infantería y la caballería española. Tras este pequeño combate, los holandeses intentaron seguir su navegación, pero la ausencia de viento se lo impidió. 

El día 16 vieron un mercante y lo asaltaron con sus botes. Tras tomar prisioneros a sus tripulantes y robar el cargamento, hundieron la nave. Aquella misma noche avistaron a la escuadra que les había estado buscando desde hacía meses, la cual tenía por general a Rodrigo de Mendoza, sobrino del virrey del Perú, y por almirante a Pedro Álvarez del Pulgar. La escuadra española, que había partido de El Callao hacía poco, había sido reforzada con nuevos buques y ahora para buscar nuevamente a los holandeses contaba con siete poderosas naves, u ocho, según algunos relatos. 

El día 17 las cinco naves holandesas y las siete u ocho españolas se fueron aproximando. En la noche, según el relato holandés, su almirante envió a Mendoza un mensaje advirtiéndole del peligro de que atacara en medio de la oscuridad. A pesar de ello, Mendoza abrió primero fuego de fusilería y luego con sus cañones, a lo que los holandeses respondieron. 

Al principio el combate se produjo entre estas dos naves, pero luego, siempre que el viento lo permitía, se fueron sumando los demás barcos, produciéndose en ocasiones descargas de artillería a muy poca distancia. En una de estas acciones, el navío holandés Jager hundió al español San Francisco, aunque luego el Jager, al ser acosado por otros buques españoles, debió ser socorrido por varias lanchas holandesas. 

Durante la noche dos de los barcos holandeses, el Aeolus y el Morgenster, se separaron del resto y esto fue aprovechado por Mendoza, que al amanecer del día 18 los atacó, aunque ambos buques resistieron la acometida española. Luego, las naves almiranta y capitana holandesas dieron alcance a sus homólogas españolas, produciéndose a continuación un fuerte combate entre ellas, siendo los españoles los que se llevaron la peor parte al ser acribillados por el fuego holandés, aunque según relataría luego el virrey, a punto estuvieron los españoles de capturar a la almiranta holandesa. Tras esta y otras refriegas que se prolongaron durante todo el día, incluido algún abordaje, la armada virreinal se retiró. 

Sin embargo, los holandeses no cejaron en su empeño y les persiguieron, consiguiendo alcanzar a la almiranta española, la Santa Ana, la cual se rindió debido a los graves daños que tenía. Aunque los holandeses intentaron salvar el maltrecho buque, aquella noche se hundió. A la mañana siguiente algunos de los náufragos españoles fueron rescatados, aunque un buen número fueron asesinados. Mientras, el resto de la flota española, destrozada y con muchas bajas, consiguió refugiarse en los puertos peruanos. Según algunas estimaciones los españoles habrían perdido cerca de 500 hombres, incluidos varios miembros de las más importantes familias limeñas. 

Tras la batalla, los holandeses navegaron hacia la isla de San Lorenzo y luego, el día 21, se colocaron frente a El Callao. En un primer momento parece que amagaron con desembarcar. Luego la artillería española les disparó, estando a punto de ser hundido el Jager. En la costa, bien atrincherados, les esperaban 2.000 infantes y 500 jinetes españoles, 1.200 negros y mulatos, y varios cientos de indios, todos ellos capitaneados por el mismísimo virrey Juan de Mendoza, el cual había ordenado fortificar también Lima mientras él dirigía la defensa de El Callao en persona. 

Los holandeses respondieron a los cañones españoles y dispararon hacia El Callao, pero ante la buena defensa del lugar decidieron alejarse algunas millas, aunque permanecieron en sus inmediaciones varios días con la esperanza de capturar alguna nave española, consiguiendo solo apresar un pequeño barco de poco valor. Finalmente, el día 26 desistieron y comenzaron a navegar hacia el norte. 

Aquella misma tarde varias lanchas holandesas capturaron un navío español cuyos tripulantes huyeron a tierra. Este navío fue dotado de una tripulación y formó parte desde ese momento de su flota. A continuación se dictaron ordenes en caso de encontrarse con la Flota de Panamá, siendo estas las de atacar con la artillería pero guardando las distancias y no abordar las naves salvó que el almirante así lo ordenara. 

El día 28 llegaron a Huarmey, cuya población había huido. Allí desembarcaron tropas holandesas, las cuales estuvieron saqueando lo que pudieron y consiguiendo víveres. En Huarmey, ante la pasividad de la caballería española, permanecieron algunos días cerca de las ruinas de su castillo preincaico. Finalmente, el 3 de agosto, tras la liberación de algunos prisioneros, o tras su fuga según otros relatos, los holandeses zarparon. 

Luego pasaron por Santa, Trujillo, Chérrepe y el puerto de Zaña, pero al no encontrar nada en esos lugares, siguieron su travesía. El día 6 pasaron cerca de la isla de Lobos de Tierra, donde persiguieron sin éxito un barco, y el 8 anclaron cerca de Paita. 

Al día siguiente 300 holandeses desembarcaron, pero tras encontrarse a los españoles bien atrincherados y tras producirse algunas escaramuzas, decidieron reembarcar para evitar perder muchos hombres. Luego tres de las naves holandesas se acercaron a Paita y bloquearon el puerto. El día 10 una numerosa tropa de mosqueteros volvió a desembarcar al tiempo que los buques bombardeaban el pueblo. Cuando cesó el bombardeo las tropas entraron en Paita, la cual encontraron vacía. A continuación la incendiaron y regresaron a sus naves. 

Los siguientes días la flota holandesa permaneció en las cercanías de Paita esperando la llegada de barcos desde Panamá. Por fin, el día 21 de agosto, tras liberar a la mayor parte de sus prisioneros, los holandeses zarparon hacia el norte. El 23 fondearon frente al río Tumbes. De allí pusieron rumbo a la isla del Coco, camino de la cual avistaron un barco, aunque no consiguieron atraparlo. 

De su paso por el golfo de Guayaquil tenemos varias noticias. La primera es que teniendo noticias en Quito de la inminente llegada de los holandeses a aguas de la Real Audiencia se reunieron tropas y se enviaron a Guayaquil ante la posibilidad de que fuera atacado este puerto. La segunda noticia nos la proporciona Antonio de Morga, nuevo presidente de la Real Audiencia de Quito, el cual, en una carta al rey, cuenta como en su travesía se cruzó con la flota holandesa y temió ser capturado. 

La tercera noticia nos llega de El Callao. Sabedor el virrey que su sustituto a la cabeza del virreinato, el príncipe de Esquilache, había zarpado en agosto de Panamá con destino a Perú y temeroso de que fuera capturado por los holandeses, envió una flotilla capitaneada de nuevo por su sobrino para evitarlo. Finalmente, Esquilache llegó sano y salvo, mientras, Mendoza patrulló aquellas aguas en busca de los holandeses. 

Estos, tras pasar cerca de la península de Santa Elena, en el moderno Ecuador, sufrieron terribles tormentas, las cuales evitaron que encontraran isla del Coco y dañaron el barco capturado un mes atrás, el cual tuvieron que abandonar. Por esa misma época se sabe que en Panamá se prepararon ante la posibilidad de un ataque, sin embargo la flota holandesa continuó su travesía y la encontramos a mediados de septiembre a la altura de Nicaragua, llegando a aguas de Nueva España, el actual México, el día 20, aunque esta parte de la expedición, la veremos en otro video.

Puedes encontrar más historias en nuestro canal: https://www.youtube.com/@mhistoria6088/videos

No hay comentarios:

Publicar un comentario