Es poco conocido que, durante las Guerras Napoleónicas, Napoleón Bonaparte, para evitar que los ingleses volvieran a invadir el Río de la Plata, planeó en mayo de 1808 enviar una expedición armada desde España a Buenos Aires para proteger este importante enclave.
En ese tiempo la situación de España era compleja. Parte del territorio estaba ocupado por tropas napoleónicas, se habían producido los primeros levantamientos antifranceses, el rey Carlos IV y su hijo, Fernando VII, habían renunciado a sus derechos al trono español en Bayona y el gobierno lo ejercía de facto Joaquín Murat, Lugarteniente en España del Emperador francés, el cual había decidido entregar la corona española a su hermano José.
En medio de esta convulsa situación aparecieron noticias sobre un supuesto plan inglés para atacar el Río de la Plata, algo que ya habían hecho en 1806 y 1807. Para evitar esto, Napoleón planeó el envío desde España de una poderosa flota y miles de soldados a Buenos Aires. Con esta medida el emperador pretendía frustrar el ataque inglés y mantener la integridad territorial de los dominios ultramarinos del Reino de España, lo cual haría que se ganara las simpatías de los descontentos españoles.
Ya el 14 de mayo Napoleón pidió por carta a Murat que en cada barco que fuera a América se embarcaran armas y reclutas. Un día después el sire escribió en el mismo sentido al jefe de las fuerzas francesas en Portugal, el general Jean-Andoche Junot.
Ese mismo día Murat escribió a Napoleón para explicarle que el estado de los arsenales españoles era lamentable, lo que dificultaba la preparación de cualquier expedición. Además, le decía que el ministro de marina español, Francisco Gil de Taboada, creía que sería muy importante hacer una expedición de 4.000 hombres al Río de la Plata ya que consideraba este punto como uno de los más importantes a tener en cuenta.
Poco después, el día 19, Napoleón escribió a Murat explicándole su plan para enviar una expedición a Buenos Aires. Según el emperador la expedición debería zarpar del puerto gallego de Ferrol, donde solo había cuatro barcos, por lo que sería necesario enviar 500.000 francos para preparar seis navíos y tres fragatas que llevaran 3.000 hombres a Buenos Aires para proteger América de cualquier eventualidad. Para sufragar el coste de esta expedición Napoleón decía que, si fuera necesario, el ministro de Hacienda español podría incluso empeñar los diamantes de la corona.
A continuación, el día 21, Napoleón escribió de nuevo a Murat para informarle que, según informes de los ministros de Guerra y Marina, era urgente socorrer al Río de la Plata, para lo cual le pedía armar, entre otros, los navíos Venganza, Diana y San Fernando. Luego señalaba la necesidad de nombrar a un contraalmirante que comandara la escuadra y decía que esta debería transportar varios regimientos de infantería, caballería a pie y artillería, los cuales deberían ser elegidos por el ministro de guerra español, Gonzalo O'Farrill, con lo cual queda claro que aunque el plan era francés, el dinero, los barcos y los soldados serían españoles.
Seguidamente el emperador apuntaba a que se deberían llevar 10.000 fusiles y varios cañones. Finalmente, concluía Napoleón diciendo que solo se necesitaba dinero, que con este la expedición debía prepararse en secreto y estar lista en junio y que podría zarpar antes de que los ingleses se dieran cuenta de los preparativos.
Ese mismo día Murat escribió a Napoleón desde Madrid para comunicarle ciertas informaciones llegadas desde Holanda referentes a una supuesta expedición de los ingleses y de tropas brasileñas contra Buenos Aires. Poco después, el día 23, Murat volvió a escribir a Napoleón para informarle sobre la falta de dinero para preparar la expedición.
A continuación, el día 24 Murat trasladó a Napoleón la petición del ministro Gil para que enviara a Ferrol varias naves para el transporte de tropas. Ese mismo día Murat escribió a Gil para comunicarle las instrucciones que Napoleón le dio el día 21, además le decía que el mando de la expedición debería recaer en el marino Cayetano Valdés, jefe de la escuadra española en el Mediterráneo, y que al día siguiente serían llevados a Ferrol 500.000 francos para alistar las naves que deberían zarpar en junio, antes de que los ingleses descubrieran el plan.
En otra carta Murat comunicó al ministro de guerra el número y el tipo de tropas que deberían embarcarse. Luego, en una cuarta carta, Murat informó al comandante de marina de Ferrol sobre la importancia de preparar los barcos para socorrer al Río de la Plata, lo cual debería hacerse en secreto para que los ingleses no pudieran reforzar su escuadra en esa zona.
Dos días después Napoleón escribió a Murat para comunicarle su intención de que el navío San Fulgencio, anclado en Cádiz, fuera destinado a Buenos Aires junto con 400 hombres y un cargamento de 4.000 fusiles, que junto a los barcos de Ferrol sería suficiente para asegurar el Río de la Plata. Poco más tarde, el día 28, Napoleón escribió a Murat desde Bayona para contarle que dos barcos saldrían desde allí hacia Montevideo con 2.000 fusiles.
Paralelamente a estos preparativos, según contó el marino Jurien de La Gravière en sus memorias, el ministro de marina francés, Denis Decrès, le encargó que de Lorient fuera al Río de la Plata en la fragata La Créole con un coronel de artillería, 25 soldados de élite y 500 fusiles.
Sin embargo, tanto estos planes como los preparativos que se llevaban a cabo en Ferrol fueron abandonados debido a la generalización de la rebelión antifrancesa en España y a la aclamación de Fernando VII en la América española.
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