En 1837, durante la guerra entre Chile y la Confederación Perú-Boliviana, Andrés Santa Cruz, Gran Mariscal, Presidente de Bolivia y Protector Supremo de la Confederación envió a las costas chilenas una expedición naval comandada por el venezolano José Trinidad Morán. El plan original era, al parecer, suministrar armas a los araucanos para que se rebelaran contra el gobierno de Joaquín Prieto y bloquear Valparaíso para forzar a los chilenos a pedir la paz.
El día 19 de octubre Morán y una flotilla confederada fuertemente armada compuesta por las corbetas Socabaya y Confederación y el bergantín Fundador zarparon de El Callao rumbo a la isla de Juan Fernández o de Más a Tierra, a donde llegaron el 14 de noviembre. Allí encontraron los confederados una pequeña guarnición militar y algunos presidiarios, tanto comunes como políticos.
Morán exigió la rendición de la guarnición y el capitán chileno, Andrés Campos, incapaz de defender la posición, accedió a entregar la isla a los confederados. Según Campos su intención era haber hecho frente a los confederados pero, tras la deserción de algunos hombres, la imposibilidad de retirarse con los reos al interior de la isla y la falta de víveres, no tuvo más remedio que capitular.
Por ello se firmó un convenio por el cual, para evitar el derramamiento de sangre, los chilenos se entregaban junto a las municiones y demás elementos de guerra. Asimismo se acordaba que los reos quedaban en libertad y que los oficiales chilenos y sus familias eran libres de quedarse en la isla o de embarcar en la escuadra confederada para ser llevados a Chile, con la condición de no tomar las armas durante el resto de la guerra.
Así, casi la mitad de la guarnición se acogió a este convenio, siendo embarcados en la escuadra de Morán junto a algunos de los confinados. Mientras, el resto de la guarnición huyó al interior de la isla y hostilizó a los confederados. El día 15 llegó a la isla el ballenero norteamericano George Washington, donde fueron embarcados otra parte de los confinados y de la guarnición chilena, entre ellos Campos, quedando en la isla solo unos pocos reos por falta de espacio en las naves.
El día 18 la escuadra de Morán zarpó junto con el ballenero, al cual se le ordenó permanecer junto a las naves confederadas para no delatar sus planes. El 19, según el capitán del George Washington, los confederados intentaron, sin éxito, capturar una embarcación. Luego, el 21, el ballenero perdió de vista la escuadra de Morán y Campos decidió dirigirse al Puerto de San Antonio y dar la voz de alarma.
El día 23 los confederados llegaron a la Bahía de Talcahuano y mientras el Fundador permaneció en la isla Quiriquina, la Confederación y la Socabaya enviaron en botes tropas de desembarco según la versión chilena, o tropas de reconocimiento según Morán. Estas tropas fueron rechazadas por las baterías chilenas, las cuales causaron dos muertos entre los hombres de Morán. Ambas corbetas permanecieron algunas horas más en la bahía, hasta que retrocedieron y se reunieron con el Fundador, que había estado aprovisionándose de ganado en Quiriquina.
Mientras, el general Manuel Bulnes envió desde Concepción tropas a Talcahuano en previsión de una nueva tentativa confederada sobre el puerto, aunque esto no sucedió, pues la escuadra de Morán se alejó algunas millas de la costa, para poner a continuación rumbo al norte la noche del 24. Según creyeron los chilenos el objetivo de Morán era apoderarse de Talcahuano, marchar sobre Concepción, promover un levantamiento en el ejército y capturar a Bulnes.
Días después, el 28, la Confederación y la Socabaya se presentaron en el Puerto de San Antonio, donde apresaron el bergantín chileno Feliz Inteligente, el cual enviaron a Perú. Luego, según Morán, en virtud del convenio firmado en Juan Fernández, desembarcó a algunos prisioneros, algo que fue aprovechado por los chilenos para tomar un cautivo confederado.
A continuación, hubo una nueva tentativa para desembarcar a los hombres embarcados en Juan Fernández, pero en esta ocasión una tropa chilena de al menos 100 hombres comenzó a abrir fuego y consiguió capturar, herir o matar a varios de los confederados, aunque el resto logró huir. Luego las corbetas confederadas abrieron fuego y la Socabaya dispersó con sus cañonazos a 200 jinetes que acababan de llegar.
Mientras tanto, más al norte, el Fundador capturó cerca de Valparaíso el pequeño mercante Fletes. Poco después intentó capturar otro mercante, pero se acercó tanto a la batería chilena que tuvo que virar y fue a reunirse con el resto de la flota.
Luego, la expedición confederada siguió hacia el norte y el 5 de diciembre la Confederación se presentó frente a Huasco y realizó algunos disparos a la aduana, para a continuación, el día 7, junto a la Socabaya ir a Caldera, donde al parecer, Morán pretendía hacerse con los cargamentos de plata y cobre allí almacenados, pero estos habían sido retirados al interior por el gobernador Juan Melgarejo, prevenido de los movimientos confederados.
Allí Morán intentó nuevamente un desembarco, pero sus hombres fueron rechazados antes de llegar a la orilla por fusileros y lanceros chilenos, pese al apoyo del fuego que efectuaron sus corbetas. Finalmente, tras este nuevo revés, los confederados abandonaron las costas chilenas y regresaron a Perú.
Curiosamente, al tiempo que estas acciones se desarrollaban en la costa chilena, la Confederación Perú-Boliviana y Chile se encontraban en paz ya que se había firmado el Tratado de Paucarpata el 17 de noviembre, llegando incluso Santa Cruz a decretar el día 29 que la Escuadra de la Confederación debía ponerse en estado de paz, algo que sin duda Morán no llegó a saber. Sin embargo, el gobierno chileno desaprobó el 18 de diciembre el Tratado de Paz, por lo que este quedó sin efectos.
Por último, cabe señalar que Santa Cruz dio las gracias a los miembros de la expedición de Morán mediante un decreto el 27 de diciembre desde el Palacio Protectoral de La Paz.
Puedes encontrar más historias en nuestro canal: https://www.youtube.com/channel/UC8Rx6U8r2-DGtHYDxIIThAg/videos
No hay comentarios:
Publicar un comentario