Como vimos en los videos anteriores, en 1859 los paraguayos descubrieron una conspiración para matar al presidente Carlos Antonio López, luego el cónsul británico pretendió entrometerse en los asuntos de Paraguay, tras lo cual, Gran Bretaña rompió las relaciones diplomáticas. A continuación, los británicos planearon atacar Paraguay, aunque finalmente solo hostigaron al Tacuarí y fracasaron en su intento de secuestrar a Francisco Solano López. En este cuarto y último video hablaremos de los casi dos años siguientes en los que Paraguay trató de solucionar el conflicto con los británicos, algo que no se consiguió definitivamente hasta bien avanzado el año 1862.
En agosto de 1859, tras la salida de cónsul Henderson de Paraguay, como vimos en el segundo video, las autoridades paraguayas intentaron comunicarse con Lord John Russell, el Ministro británico de Relaciones Exteriores, pero este solo se remitió a las exigencias de Henderson.
A principios de 1860 Francisco Solano López propuso al reconocido jurista uruguayo-argentino Carlos Calvo como enviado paraguayo a París y Londres con el objetivo de resolver el conflicto con los británicos. Calvo aceptó y presentó al gobierno una Memoria sobre el asunto.
En febrero de 1860, el Ministro de Relaciones Exteriores paraguayo, Nicolás Vázquez, escribió a Lord Russell para comunicarle que deseaba que las relaciones de amistad entre ambos países se restablecieran, para lo cual sería enviado Carlos Calvo. En abril, Calvo intentó acreditarse ante Russell, pero este se negó a recibirle, alegando que no lo haría hasta que no se hubieran satisfecho las reclamaciones que Henderson había presentado el agosto anterior, a pesar de que Canstatt ya era libre.
Calvo solo consiguió reunirse de forma no oficial en mayo con Lord Wodehouse, subsecretario de negocios extranjeros, el cual, entre otras cosas, dijo que Gran Bretaña podría hacer un gran daño a Paraguay capturando todos sus vapores. Añadiendo que el gobierno de Su Majestad lamentaba que las naves británicas no hubieran conseguido apoderarse de Francisco Solano López durante el ataque al Tacuarí.
A continuación, Calvo envió a Russell un informe del eminente jurisconsulto Robert Phillimore, el cual daba la razón a los paraguayos y recomendaba que la cuestión se presentara al Consejo Privado de Su Majestad. Así mismo, Calvo envió a Russell una copia de la partida de nacimiento de Canstatt en la que se demostraba que había nacido en Montevideo. Sin embargo, los británicos ignoraron ambos documentos y la recomendación de Phillimore.
A principios de julio, Wodehouse incluso se negó a recibir a Calvo. Y cuando la cuestión parecía enfriarse, Calvo envió en septiembre a Russell un Memorándum en el que se hacia un repaso pormenorizado de todo el conflicto anglo-paraguayo. Russell respondió a Calvo en octubre con un Contra Memorándum en el que insistía en hechos probadamente falsos, como la nacionalidad británica de Canstatt. Tras esto, Calvo respondió desmontando todos los argumentos de Russell, aunque seguía apostando por una salida amistosa a la crisis.
A finales de año, Nicolás Vázquez escribió a Calvo para que pusiera en conocimiento del Emperador de los Franceses el asunto, lo que podría favorecer a Paraguay. Ya en 1861, el intercambio de notas entre paraguayos y británicos continuó sin que ninguna de las partes se moviera lo más mínimo de sus posiciones. En estos meses también hubieron nuevas consultas al jurisconsulto Phillimore, así como al francés Édouard Drouyn de Lhuys, el cual coincidía con el primero en que los paraguayos estaban en la posesión de la razón.
A continuación, Calvo solicitó la intervención de la diplomacia francesa, así como una reunión con Lord Parlmerston, Primer Ministro británico, pero en ambas ocasiones no tuvo el éxito esperado, ya que ni Russell ni Parlmerston quisieron reunirse con él, señalando este último que el asunto debería resolverse en Paraguay.
Paralelamente a lo que sucedía en Europa, en América Edward Thornton, ministro plenipotenciario británico en la Confederación Argentina, llegó a sugerir el embargo de la yerba mate paraguaya a su paso por los puertos de Paraná y de la Plata. Posteriormente fue a Paraguay con el objetivo de solucionar la cuestión del Little Polly.
El incidente del Little Polly había tenido lugar el 11 de julio de 1858, cuando este mercante inglés chocó con el vapor Tacuarí y se hundió en el río Paraguay, cerca de Villa Oliva. Según algunas interpretaciones, conseguir una indemnización por el hundimiento Little Polly fue lo que llevó a los británicos a alcanzar un acuerdo con Paraguay por el resto de cuestiones. Así, el 23 de abril de 1862 se firmó en Asunción una Convención entre Thornton y Francisco Sánchez, nuevo Ministro de Relaciones Exteriores de Paraguay, por la que se zanjaba toda la Cuestión Canstatt.
En esta Convención se acordó primero que Gran Bretaña nunca tuvo la intención de interferir en los asuntos paraguayos. Segundo, que el ataque al Tacuarí sucedió sin el consentimiento de las autoridades británicas, aunque como vimos en la tercera parte, esto era una falsedad que se eliminó posteriormente en la Convención Definitiva de octubre. Tercero, que Paraguay en sus contestaciones a Henderson no tuvo la intención de ofenderle a él ni al gobierno de Su Majestad. Y por último, se acordó un cuarto punto, en el que Paraguay accedía a pagar una indemnización 2.370 onzas de oro por el hundimiento del Little Polly, aunque no reconocía ninguna culpabilidad en el suceso, lo hacia para evitar el largo proceso.
Finalmente, con algunas modificaciones respecto a la anterior, William Doria, encargado de negocios británico en Argentina, y Sánchez, firmaron la Convención Definitiva del 14 de octubre de 1862 que ponía punto y final al conflicto anglo-paraguayo. Aún así, habría que esperar algunos meses hasta que Carlos Calvo fuera acreditado, acabando con la ruptura de relaciones de agosto de 1859.
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