Como hemos visto en otros videos, la invasión brasileña de Uruguay en 1864 provocó que Paraguay invadiera en primer lugar el territorio brasileño del Mato Grosso y a continuación la provincia argentina de Corrientes. Sin embargo, entre ambos ataques paraguayos se produjeron varios hechos que en ocasiones se pasan por alto.
Todo comenzó, en resumen, cuando los brasileños invadieron Uruguay en octubre de 1864 en apoyo a uno de los bandos que se disputaban el poder en aquel país. En respuesta, los paraguayos, en apoyo del otro bando oriental, invadieron el territorio del Mato Grosso a finales de diciembre de ese año. Durante los siguientes días las tropas paraguayas ocuparon sin dificultad varios puntos de aquel territorio.
Tras estos éxitos iniciales, el presidente paraguayo, Francisco Solano López, quiso extender sus operaciones al sur de Brasil, a la provincia de San Pedro de Río Grande del Sur, aunque para ello necesitaba atravesar el territorio argentino, por lo que el gobierno paraguayo apoyándose en precedentes pasados solicitó permiso a Argentina el 14 de enero de 1865 para que sus ejércitos pudieran transitar por la provincia de Corrientes.
Días después, el 9 de febrero, el ministro de Relaciones Exteriores argentino, alegando entre otras cosas la neutralidad de su país, dijo en una carta dirigida a su homólogo paraguayo que: “... el Gobierno Argentino […] no considera conveniente acceder á lo que solicita el Gobierno Paraguayo”. Ese mismo día el ministro argentino dirigió otra carta al paraguayo en la que le exigía explicaciones por las numerosas tropas que su país estaba concentrando en la frontera, en especial por el aumento de las guarniciones en la margen izquierda del río Paraná, un territorio cuyo dominio estaba en disputa.
Semanas después, el 5 de marzo, el presidente López dirigió un mensaje al Congreso paraguayo en el que criticaba tanto la negativa argentina al tránsito por Corrientes, como la exigencia de explicaciones sobre la presencia de tropas paraguayas en la margen izquierda del Paraná. A continuación, durante los siguientes días vemos como en el Congreso paraguayo las críticas a Argentina arreciaron y como se llegó incluso a reclamar todo el territorio argentino de Misiones.
Luego, preparándose para la guerra que se avecinaba, el Congreso paraguayo promulgó varias leyes. En primer lugar se aumentaban los generales y los brigadieres del ejército; a continuación se nombraba a López “Mariscal de los Ejércitos de la República”; seguidamente, se autorizaba al gobierno a contraer un empréstito; luego se otorgaba a López una presea de brillantes y una espada de honor, y por último se le autorizaba a crear una Orden Nacional para recompensar los servicios civiles y militares.
A continuación, el día 18, el Congreso paraguayo declaró “... la guerra al actual Gobierno Argentino, hasta que dé las seguridades y satisfacciones debidas á los derechos, á la honra, y a la dignidad de la Nación Paraguaya y su Gobierno”. Esta declaración se basó en la negativa argentina al tránsito de tropas paraguayas por Corrientes, al desconocimiento de los derechos paraguayos sobre Misiones, a la protección que el Gobierno argentino brindaba a un comité revolucionario de traidores paraguayos y “a la indudable mancomunidad del Gobierno de la Confederación Argentina con el del Imperio del Brasil para dislocar el equilibrio político de los Estados del Plata...”.
A continuación, el 11 de abril, el mariscal López dirigió la siguiente proclama al Ejército Expedicionario del Sud:
“Soldados - Acatando la Soberana resolución de la Nacion, vais por segunda vez á llevar vuestras armas al suelo argentino para labar la afrenta que la demagogia no cesa de arrojar sin motivo alguno sobre vuestra Patria, sobre vuestro Gobierno y sobre vuestra honra militar.
“Hace veinte años combatiais sobre el mismo suelo argentino por vuestra Independencia, amenazada por el Gobernador de Buenos Aires, ahora vais á combatir por el sosten de esa misma Independencia, por el mantenimiento del equilibrio de los poderes y por la tranquilidad de vuestros hogares.
“Entonces como ahora, encontrareis en los Pueblos argentinos, enemigos que combatir y dignos Ciudadanos á quienes tender la mano. No confundais al patriota desgraciado con el instrumento de la demagogia, que entronizada en la Ciudad de Buenos Aires, se declara vuestro gratuito enemigo, se alia al Brasil en su política de conquista, y haciendo votos por vuestro esterminio le ofrece toda la cooperación y ausilio que cabe en la corrupcion, la traicion, y la cobardía.
[...]
“Soldados y Marinos - Allí teneis los valientes de Coimbra y San Lorenzo, imitad su ejemplo y vuestra campaña no será larga y vuestros triunfos habrán afianzado para siempre el porvenir y la grandeza de la Nacion”.
Tras esto, solo dos días después, naves paraguayas se presentaron frente a la ciudad de Corrientes, donde capturaron dos buques argentinos, para a continuación tomar la ciudad al día siguiente.
Poco después, al conocer lo sucedido, el presidente de Argentina, Bartolomé Mitre, diría en una proclama: “... contestaremos la guerra con la guerra, y la haremos con toda la energía...”. A lo cual añadió poco después en un discurso: “... que dentro de veinte y cuatro horas estaremos en los cuarteles, dentro de quince dias en campaña, y á los tres meses en la Asuncion”. Al mismo tiempo, en esas fechas, se declaró el estado de sitio en toda la República y se movilizó a la Guardia Nacional.
Días más tarde, el 1 de mayo, mientras las tropas paraguayas seguían avanzando por la provincia de Corrientes, Argentina, Brasil y Uruguay firmaron el Tratado secreto de la Triple Alianza contra Paraguay. A continuación, el día 9, Argentina decretó: “Que en virtud de los actos alevosos, criminales y hostiles designados y comprobados, la República Argentina está en guerra con el Gobierno del Paraguay”. A esto le seguirían cinco años de guerra, aunque esa es otra historia.
Puedes encontrar más historias en nuestro canal: https://www.youtube.com/@mhistoria6088/videos
No hay comentarios:
Publicar un comentario