El 21 de abril de 1836, durante la Revolución de Texas, tuvo lugar la batalla de San Jacinto, en la que los texanos vencieron a los mexicanos y capturaron al general Antonio López de Santa Anna, el cual se vio obligado a firmar el 14 de mayo dos convenios en Velasco, uno público y otro secreto, por los cuales cesaban las hostilidades por tierra y mar entre mexicanos y texanos y en el que las tropas mexicanas se comprometían a evacuar el territorio de Texas.
Estos tratados, que significaron de facto la independencia de Texas, fueron rechazados por las autoridades mexicanas. De este modo, los texanos, ante el peligro de una nueva invasión mexicana, comenzaron a prepararse y a hostigar el comercio y el territorio mexicano con su marina y con corsarios.
Así, ya en julio el corsario Terrible capturó al mercante Matilde cerca de Sisal. Tiempo después, en octubre, el corsario Thomas Toby capturó dos mercantes en Tampico y Sisal. Este mismo corsario volvería a incursionar en mayo y junio de 1837 en el sur de México, donde atacó varios barcos y consiguió capturar al mercante Fénix. Sin embargo, la gran incursión texana en el sur de México llegaría poco después.
En los primeros días de junio se alistaron las goletas Invincible y Brutus, capitaneadas por Henry Thompson y James Boylan. Cada una de las naves contaba con un cañón y cuatro carronadas por banda y estaba tripulada por 50 o 60 hombres, entre marinería y marines texanos armados con todo tipo de armas blancas y de fuego. Junto a esta pequeña tropa embarcó Samuel Fisher, Secretario de Marina de Texas, que quería demostrar la utilidad de la marina texana y así obtener más apoyo del presidente Sam Houston, el cual había tratado de impedir, sin éxito, que se realizara aquella expedición.
El día 12 las dos naves partieron de la costa texana. Primero se dirigieron a Nueva Orleans en busca de barcos mexicanos, pero al no encontrarlos navegaron hacia aguas yucatecas. Tras separarse durante unos días en el Canal de Yucatán los buques se reunieron el 8 de julio en la isla de Mujeres, donde permanecieron unos días aprovisionándose. Allí robaron cinco canoas y tomaron prisionero a un pescador.
Luego navegaron hacia el sur, hacia la isla de Cozumel. Allí, a mediados de mes y como cuentan varios historiadores, los texanos tomaron posesión de la isla plantando su bandera. A continuación, después de varios días aprovisionándose y descansando, reembarcaron y fueron al norte, a la isla Contoy, cuyos habitantes huyeron al ver a aquellos hombres armados.
Tras aprovisionarse de agua y tortugas los texanos pasaron a la costa yucateca, donde el día 21 desembarcaron en el pueblo de Dzilam de Bravo, el cual saquearon. Luego navegaron hacia el oeste y aquella noche desembarcaron en el pueblo de Telchac, donde exigieron a su alcalde dinero antes de irse. El día siguiente los texanos capturaron el mercante mexicano Unión, que fue liberado después de que su capitán pagara una importante suma de dinero.
Después capturaron varias canoas y persiguieron a algunos barcos neutrales, llegando a abordar al mercante español Alejandro frente a Santa Clara. El siguiente paso de los texanos fue desembarcar en la vigía de Chuburná, donde fueron atacados por la caballería mexicana, y aunque consiguieron regresar a las naves a salvo, no sin antes incendiar el pueblo, esto les enfureció y decidieron quemar, hundir y destruir todo lo que en adelante encontraran. Así, poco después los texanos destruyeron varias canoas y asaltaron y quemaron Chicxulub y otros ranchos de la costa, donde tomaron prisioneros según las publicaciones mexicanas.
A continuación, los texanos bloquearon el puerto de Sisal y capturaron los mercantes mexicanos Telégrafo y Adventure. Seguidamente, el día 26 Thompson envió un mensaje al comandante de Sisal exigiéndole 20.000 pesos para no bombardear el pueblo y dejarlo en paz durante seis meses. La respuesta sisaleña fue la de disparar a los texanos. Así, comenzó un combate entre los buques texanos y los cañones de Sisal que duró casi tres horas y acabó con la retirada texana ante la superioridad de la artillería mexicana.
Por entonces, el comandante general del departamento de Yucatán, Joaquín Rivas, conocedor de los ataques, ordenó enviar un cuerpo de caballería a Chuburná, puso en alerta a las tropas y a las milicias de la región. Además ordenó que los buques Emilio y Ninfa protegieran las naves que hubiera en la bahía de Campeche y que unidades de caballería patrullaran la costa para evitar nuevos desembarcos. Por último, Rivas indicó al ministro de guerra que solo una escuadrilla mexicana podría poner freno a los ataques texanos.
Poco después, José de Aldana, comandante general del departamento de marina de Veracruz, ordenó que tres buques de guerra mexicanos se prepararan para perseguir y exterminar a los “piratas texanos”. Estas naves fueron el Iturbide, el Libertador y el Independencia, un barco texano capturado por los mexicanos meses atrás.
Mientras, los texanos siguieron con sus ataques y capturaron otro mercante, el Avispa. Luego, para ir más rápido, quemaron el Adventure y enviaron al Telégrafo y al Avispa al puerto texano de Matagorda y liberaron a sus prisioneros cerca de Sisal. De allí navegaron al norte, a las pequeñas islas de Alacranes, las cuales reclamaron. En Alacranes los texanos se dedicaron a robar los restos del naufragio del barco inglés Little Penn.
Tiempo después, el 3 de agosto, la Brutus capturó al mercante inglés Eliza Russell, el cual fue enviado al puerto texano de Galveston, siendo su tripulación liberada frente a Campeche una semana después. Más tarde, el robo de las mercancías del Little Penn y la captura del Eliza Russell provocaría la protesta británica ante el gobierno de Texas y una larga disputa.
Desde la costa de Campeche los texanos fueron a la Barra de Tabasco, donde el día 12 capturaron el navío Correo de Tabasco. Tras desembarcar a los prisioneros y aprovisionarse de fruta y agua, siguieron su navegación y el día 17 capturaron a la goleta Rafaelita. Luego navegaron hacia Tampico, donde abordaron varias naves estadounidenses, inglesas y francesas, aunque dejándolas ir. A continuación, fueron a Matamoros y de allí se dirigieron a Galveston, a donde llegaron el día 26.
Entre tanto la flotilla mexicana había zarpado de Veracruz el día 6. El 19 llegaron a Campeche, donde quedó el Independencia. El 21 el Iturbide y el Libertador continuaron buscando a los texanos. Por fin, el día 27 los encontraron en Galveston. En ese momento se produjo un combate entre las naves texanas y mexicanas y como consecuencia del mismo la Invincible y la Brutus encallaron y se perdieron para siempre.
Pero estas no fueron las últimas acciones navales de Texas contra México. Durante los siguientes meses y años se sucedieron los ataques y los combates, como el que tuvo lugar en las costas de Campeche en 1843, pero esa es otra historia.
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