Como hemos visto en otros videos, de una u otra forma la Segunda Guerra Mundial llegó hasta América Latina, incluso al remoto Paraguay, país que llegó a declarar la guerra al Imperio del Japón y a Alemania en 1945. En el caso de Japón hay informaciones, que como veremos, son poco conocidas.
La primera noticia referente a Paraguay y Japón durante la Segunda Guerra Mundial es de noviembre de 1941. Según informaciones del Departamento de Defensa de Estados Unidos, el día 22 de ese mes, solo unos días antes del ataque a Pearl Harbor, el representante japonés en Paraguay, Tomiya Koseki, informó al Ministerio de Relaciones Exteriores de su país que había quemado todos los códigos de acuerdo con las instrucciones del embajador japonés en Brasil.
Semanas después, a mediados de diciembre, tras el ataque japonés a Pearl Harbor, Paraguay expresó su solidaridad con los Estados Unidos, aunque, a diferencia de otros países americanos, en aquel momento ni rompió relaciones con Japón y el resto de países del Eje ni les declaró la guerra.
Hubo que esperar al 28 de enero de 1942, día en el que acabó la Conferencia de Río de Janeiro, para que el presidente paraguayo, Higinio Morínigo, en virtud de las resoluciones de dicha Conferencia, decretara la ruptura de relaciones diplomáticas con los países del Eje. Así, en el artículo 1º del decreto 10.793 podemos leer: “Declárense rotas las relaciones políticas, comerciales y financieras entre el Gobierno de la República del Paraguay y los del Japón, Alemania e Italia”. Desde ese momento los intereses japoneses en Paraguay y los paraguayos en Japón pasaron a ser defendidos por España.
Semanas después, el 16 de febrero, el gobierno paraguayo publicó varios decretos detallando las medidas tomadas contra los ciudadanos japoneses y del resto del Eje residentes en Paraguay. En uno de estos decretos se decía que estos ciudadanos “no podrán ejercer el derecho de reunión, de asociación y de libre emisión del pensamiento, con fines patrióticos”. En otro de los decretos se prohibía cualquier tipo de comunicación con los países del Eje. Y en un tercer decreto se prohibía, entre otras cosas, “toda transacción comercial y financiera con Alemania, Italia y Japón y los países o territorios ocupados por ellos”.
En aquel momento, a diferencia de otros países, Paraguay no ordenó el internamiento de ciudadanos del Eje, aunque sí comenzó a controlar y restringir sus movimientos. Lo que sí hizo el gobierno de Morínigo durante la guerra fue deportar a algunos alemanes a Estados Unidos, los cuales quedaron detenidos en campos de internamiento. En el caso de los japoneses Paraguay no deportó a ninguno a Estados Unidos como sí hizo por ejemplo Perú con cientos de peruano-japoneses.
En esa misma época tenemos noticias por documentos estadounidenses de que ciudadanos y diplomáticos japoneses provenientes de Paraguay fueron conducidos a Río de Janeiro por petición del gobierno de su país y embarcados por mediación suiza y española en el buque sueco Gripsholm, el cual los llevó a mediados de 1942 al Mozambique portugués junto a otros cientos de nipones y tailandeses llegados de varios lugares de América. Allí fueron canjeados por diplomáticos y ciudadanos estadounidenses y de otras naciones aliadas que habían quedado atrapados en Lejano Oriente al inicio de la guerra. Entre los canjeados se encontraba, según la documentación estadounidense, un cónsul paraguayo, el cual fue repatriado en el Gripsholm junto a otros cientos de americanos.
También en 1942, según informaciones del Servicio Especial de Inteligencia de Estados Unidos, el anteriormente mencionado Tomiya Koseki, expulsado de Paraguay en marzo, había intentado junto a otro japonés y nacionalistas argentinos y chilenos establecer una red que pretendía sabotear los buques británicos y estadounidenses en Buenos Aires.
Más tarde, el 8 de febrero de 1945, en el deseo de incrementar aún más su ayuda y expresar más categóricamente su absoluta adhesión a la causa por la cual pueblos hermanos agredidos combatían con las potencias del Eje, Paraguay, aunque ya se consideraba en estado de plena beligerancia con Japón y Alemania, declaró la guerra a dichos países mediante el decreto 7.190. Así en su artículo 1º podemos leer: “Declárese a la República del Paraguay en estado de guerra con las potencias del Eje desde la fecha del presente Decreto-Ley”.
Semanas después, el 11 de abril, considerando que el estado de guerra imponía la necesidad de adoptar medidas que evitaran la comisión de hechos que pusieran en peligro la seguridad nacional por parte de los connacionales de Japón y Alemania, el gobierno paraguayo decretó la internación de los súbditos japoneses y alemanes considerados peligrosos. Así, los alemanes quedarían recluidos en lugares como la “Colonia Nueva Germania”, mientras que los japoneses quedarían internados en la “Colonia La Colmena”, situada en el departamento de Paraguarí y fundada en 1936.
Tiempo más tarde, en junio, por motivos de seguridad se estableció un registro para los japoneses y alemanes residentes en Paraguay. Según esto, las personas calificadas de peligrosas o sospechosas no podrían trasladarse de una localidad a otra sin permiso expreso del Ministerio de Interior y Justicia”.
Finalmente, tras la rendición incondicional de Japón el 15 de agosto, Morínigo decretó que el día 17 sería feriado en toda la República para festejar “el sometimiento del último refugio de las fuerzas que intentaron sojuzgar los principios y valores que animan nuestra civilización”.
Puedes encontrar más historias en nuestro canal: https://www.youtube.com/channel/UC8Rx6U8r2-DGtHYDxIIThAg/videos
No hay comentarios:
Publicar un comentario